A diferencia de regiones cercanas al poder político y económico del país, Chuquisaca suele tardar decenios de años para concluir con la construcción de obras de infraestructura como los tramos asfaltados de la carretera Diagonal Jaime Mendoza, proyectada hace más de 70 años y que aún no se concreta.
El último quebradero de cabeza es la construcción del tramo entre la localidad de Padilla y El Salto, que abarca una zona geográfica muy difícil por los niveles de pendiente y por la alta humedad que tiene en épocas de lluvia. Es normal puesto que este paraje es una zona de transición entre los últimos valles interandinos y las cabeceras del Chaco serrano de Chuquisaca. Una situación parecida tiene la carretera que une Cochabamba con Santa Cruz por el Chapare, donde la zona de transición de El Sillar cada año presenta deslizamientos que interrumpen durante semanas el tráfico del eje económico nacional.
A la geografía accidentada del tramo se suma las dudas que ha generado la contratación de la empresa Synohidro, en medio de un escándalo nacional suscitado por la contratación directa de empresas chinas relacionadas con denuncias de tráfico de influencias. La empresa también ha sido noticia internacional con la muerte de la activista indígena Bertha Cáceres, en Guatemala, donde se evitó la construcción de una megarepresa que afectaba el territorio de los indios Lenca. Synohidro, la empresa más grande del mundo en construcción de proyectos hidroeléctricos, ha sido acusada por los activistas como responsable del asesinato de la ambientalista Cáceres.
Sin duda que este escenario genera bastantes dudas sobre la construcción de la carretera en un tramo crítico y desalienta que dentro de pocos años se pueda tener esta vía en condiciones para unir Occidente y Oriente a través de territorio chuquisaqueño.
En cuanto a la geografía existe una variante de ruta que puede ser una alternativa ante las dificultades del tramo Padilla-El Salto. Se trata de un trayecto a través de los municipios de Alcalá y El Villar con una menor dificultad geológica e incluso con un recorrido menor en kilómetros. Esta ruta transcurre por sectores históricos donde la guerrilla Juana Azurduy estableció su base de acción militar durante la guerra de independencia del país.
Es importante que la racionalidad se imponga entre los decisores para comprender que nuestro departamento precisa obras a mediano plazo, puesto que la necesidad económica de nuestra población es imperante y está demostrado por demás que las carreteras son la condición básica para el desarrollo de regiones con potencial agroindustrial y de recursos naturales.
De lo contrario, puede que pasen otros dos decenios hasta que las próximas generaciones vean y usen una carretera de calidad que una el Oriente con el Occidente por medio de Chuquisaca. En una época marcada por el dinamismo de todos los sectores a escala mundial, la población chuquisaqueña no puede esperar como en el pasado decenas de años para contar con obras de impacto evidente. No estamos para obras faraónicas o la gran muralla china que tardaron cientos de años en construirse.