El Gobierno abrió “frentes distractivos” para amainar la andanada de problemas en los que está metido, pero, fundamentalmente el “Caso Zapata” que se va a mantener todavía, hasta que se reconozca que hubo nomás tráfico de influencias en el mismo.
Hace un tiempo ya disparó con el Silala, amenazando una “Demanda Internacional en la Haya” pero que, en función a lo visto, es claro que no se ha realizado acción alguna en Cancillería para respaldar el discurso. En efecto, el miércoles de la semana que termina, Choquehuanca habló de la “necesidad” de crear un equipo o secretaría paralela a la marítima para tratar el tema, con lo que deja al descubierto que el tema pasaba mucho más por la “necesidad política” de acercarse a la opinión pública manipulando un sentimiento común, que a la responsabilidad de resguardar nuestros recursos naturales; en realidad esto no es nuevo, cuando el Presidente tenía “buenas migas” con Chile y Potosí reclamaba, la Cancillería no escuchaba a la gente y calificaba la demanda como política.
Otro: necesitado de volver al discurso “duro”, el Presidente no sólo califica a los empresarios privados (la derecha y oligarquía dijo) como personas que “sólo saben robar” y promete “recuperar el dinero que salió” (pareció hablar de incautación), sino que el Poder entero cierra filas para abrir comisiones de investigación (¿ya cerró la de encubrimiento?) para investigar los Panamá Papers y desde la Fiscalía ya se alista la posibilidad de un viaje a ese país, para “pedir informes” sobre las cuentas de bolivianos, como si la firma de abogados Mossack Fonseca, hubiera sido declarada ilegal en Panamá y como si las previsiones legales del secreto bancario y todas las otras de carácter legal hubieran sido suspendidas y cualquiera pudiera ir a pedir información (parece que no aprendieron del extorsionador ex Fiscal Sosa, que fue a Canadá a indagar sobre los famosos correos Hushmail y se volvió con las manos vacías).
Personalmente no creo que los intentos del Gobierno den resultado; el caso de la Sra. Zapata seguirá ahí (extraño y curioso fallo de la jueza que determinó que “el niño no existe” porque la señora no lo presentó), las personas con discapacidad seguirán peleando por un derecho que creen tener y, seguramente, vendrán otros temas que serán realidad y no distracciones.
Por último, un aguerrido periodista, Wilson García Mérida, tomó la decisión de irse del país por la persecución ejercida por el Ministro de la Presidencia; demasiadas cosas reales, frente a distracciones artificiales.