Ciudad mía gloriosa y culta,
estirpe de valientes próceres,
toda mi Patria Bolivia exulta,
júbilos, palmas y vítores.
Y ¿Por qué no… tierra mía?
Si en 1809, un 25 de mayo,
América toda vibró de alegría,
por tu inmortal grito libertario.
Monteagudo, Mercado y Lemoine,
lo idearon en tu ilustre Universidad,
y encendida por los Zudañez fue,
aquella célebre chispa de libertad.
Los cuatro vientos escucharon,
el gran mensaje revolucionario,
y todos los pueblos lucharon,
continuando el motín libertario.
De este a oeste, de norte a sud,
se oyó la campana de la verdad,
allende la patria se vino un alud,
de independencia, paz y libertad.
Célebre campana que tocó a rebato,
pervives serena en tu campanario,
perpetuando quizás tu noble canto
y recordando hoy, aquel 25 de mayo.
Sonoro y glorioso bronce bendito,
reverente me inclino ante tu herida,
y resurge en mi pecho el grito:
¡Viva mi Sucre, mi tierra querida…!