El 6 de junio de 1909, en la ciudad de Sucre, cuna de la nacionalidad boliviana, el Presidente de la República de Bolivia, el Dr. Ismael Montes, en el acto de inauguración de la primera Escuela Nacional de Maestros “Mariscal Sucre”, entre otras palabras decía: “Confío en que de este plantel saldrán los apóstoles de las grandes ideas y en que, así como los revolucionarios de mayo se esparcieron por el suelo de la América para realizar la magna obra de la independencia, los maestros que se formen en esta Escuela Normal, llevarán a todos los confines de la República, la semilla de las sanas doctrinas, despertando por todas partes, con acción intensa, un elevado sentimiento boliviano que extinga para siempre las pequeñas rencillas de vecindario”.
La primera institución de formación de maestros en Bolivia a la cabeza de su Director el Belga Dr. Georges Rouma (1881-1976), graduado como institutor en la Escuela Normal de Bruselas – Bélgica y como Doctor en Ciencias Sociales en la Universidad de Bruselas - Bélgica, y el importante equipo de docentes extranjeros y bolivianos lograron constituir una institución, coadyuvante del movimiento pedagógico de la escuela nueva y, por lo tanto, principal referencia para el mejoramiento de la calidad de la educación en Bolivia y los países vecinos. Entonces, la primera institución de formación de maestros, se constituye en la gestora del derecho a la educación, en la pionera de la profesionalización docente y en la piedra fundamental para la organización del sistema educativo nacional.
Los egresados de la primera Escuela Nacional de Maestros, como diría el Presidente Montes en su discurso de inauguración, se convirtieron en apóstoles de las grandes ideas y llevaron la semilla del saber a los distintos confines del territorio nacional, pues son ellas y ellos dignos educadores, quienes desarrollan el proceso pedagógico en las instituciones educativas, ocupan cargos en la administración de la educación y por lo tanto se constituyen en laboriosos pioneros de la educación boliviana. Es decir, con la creación de la primera Escuela Normal en la ciudad de Sucre, se produce inevitablemente un gran movimiento pedagógico que haría reflexionar a gobernantes y gobernados con respecto a la necesidad de educar a la población para construir con bases sólidas la nacionalidad boliviana.
La primera institución de formación de maestros creada el 06 de junio de 1909 con la denominación de Escuela Normal de Profesores y Preceptores, luego denominada Escuela Nacional de Maestros, Escuela Normal Integrada, Instituto Normal Superior, Universidad Pedagógica y hoy Escuela Superior de Formación de Maestros, a lo largo de su vida institucional recibió muchas distinciones y reconocimientos, siendo uno de los más importantes la Resolución Secretarial Nº 186 de 13 de diciembre de 1993, que: declara a la Escuela Nacional de Maestros “Mariscal Sucre” Patrimonio Histórico de la Educación Boliviana y le asigna la misión de diseñar el currículo de formación docente. Las distinciones y reconocimientos de la sociedad; a la hora de los desaciertos y de la hipocresía política de los gobiernos de turno y del abandono de la sociedad, palidecieron y palidecen. Entonces Sucre, una ciudad eminentemente estudiantil, siente la ausencia de miles de estudiantes que atraídos por la noble misión de la docencia, se trasladaban desde distintos puntos del territorio a la culta Charcas, para formarse como maestros de los distintos niveles del sistema educativo boliviano. Por ello, al recordar la creación de la más que centenaria Escuela Nacional de Maestros “Mariscal Sucre”, reconociendo su enorme contribución a la educación boliviana y ante la actual minimización y devaluación académica y administrativa institucional, corresponde al pueblo y sus instituciones, en el propósito de constituir a Sucre en una ciudad del conocimiento, reclamar su fortalecimiento y proyección al futuro como una institución de alcance nacional e internacional en formación docente y en un laboratorio de investigación pedagógica, capaz de diseñar la transformación de la educación que Bolivia necesita para constituirla en un verdadero factor de desarrollo de la comunidad.