Tormenta política en el Reino Unido

ESCENARIO GLOBAL 13/07/2016
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No es exagerado pensar que el resultado del referendo del 23 de junio sobre la permanencia o no del Reino Unido en la Unión Europea, ha desatado una verdadera tormenta que ha sacado del escenario a varios líderes políticos y ha instalado en el poder a otros. Es seguro que si el resultado hubiese sido diferente, o sea que hubiese triunfado la permanencia y no el “brexit”, las consecuencias habrían sido otras. Este último resultado hubiese provocado una sensación de normalidad, sin sobresaltos, mucho más si el pasado enero, ante la inminencia de la consulta popular, el primer ministro David Cameron negoció y suscribió un “acuerdo” con los restantes 27 miembros de la unión sobre nuevos términos de “encaje” del Reino Unido en el programa europeo.

Por el contrario, el triunfo del “brexit” parece haber tomado por sorpresa a una gran mayoría de líderes políticos, incluyendo aquellos que con entusiasmo y muchas falsas promesas propiciaron el mismo. La primera víctima del temporal ha sido David Cameron que se aventuró en una consulta popular con el claro propósito de neutralizar a los “euroescépticos”, en especial a los que surgieron en el seno del propio Partido Conservador y de su propio gobierno. Según anunció ayer, hoy atenderá por última vez la sesión de preguntas en el Parlamento de Westminster y, poco después, se acercará al Palacio de Buckingman para entregar a la Reina Isabel II su dimisión al cargo de Primer Ministro.

La salida de Cameron se ha precipitado. Hace una semana, después del referendo, explicó que tenía el propósito de presentar su dimisión hacia septiembre u octubre. Se entendió que este lapso era necesario para facilitar la elección, en el marco del Partido Conservador, de un nuevo líder con suficiente capacidad para formar un nuevo gobierno. Sin embargo, las cosas han ocurrido mucho más rápido y, en menos de una semana, los diputados y dirigentes del partido han elegido a Theresa May como líder de los “tories”. La que en los últimos seis años se desempeñó como Ministra del Interior, pasará a ocupar el puesto de Primer Ministro desde hoy. Por consiguiente, resulta ser la principal ganadora del vendaval político.

La tormenta arrastró hacia una rápida caída a tres connotados “euroescépticos” que tal vez abrigaron la esperanza de que el triunfo del “brexit” les tendería la alfombra roja hacia el liderazgo conservador: el ex alcalde de Londres Harold Johnson; el actual Ministro de Justicia, David Gove, y la ministra de Energía, Andrea Leadson. En pocos días, los tres salieron de la contienda al no contar son suficiente apoyo entre los líderes de su partido miembros del Parlamento.

Es difícil explicar cómo es posible que la ganadora en esta disputa por el liderazgo conservador haya sido la única aspirante que hizo campaña, aunque discreta, por la permanencia del Reino Unido en la UE. En todo caso, lo lógico era que este puesto caiga en manos de alguno de los connotados “euroescépticos”. Está visto, sin embargo, que la política, al igual que algunos juegos como el fútbol, tiene una lógica propia que muchas veces desconcierta y deja malparados a los aficionados a los pronósticos.

Además, en el presente caso, el desenlace tan rápido y tal vez impensado muestra una paradoja. Corresponderá a esta líder no alineada con los “euroescépticos” dirigir todo el proceso de negociaciones con los restantes socios de la UE para acordar los términos del retiro del Reino Unido. “Tras el referendo –ha dicho Theresa May– nuestro país necesita un liderazgo fuerte que nos conduzca en este período de incertidumbre económica y política y que negocie los mejores términos posibles cuando nos marchemos de la UE”. Ha señalado, también que tiene el propósito de comunicar que su país invocará el tan mencionado Art. 50 del Tratado de Lisboa, cuando considere que está suficientemente preparado para negociar.

La tormenta política ha dejado otros vencidos. En primer lugar, Nigel Farage, el ruidoso líder del UKIP, y Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista. Casi cinco días después del referendo, el primero anunció que había dimitido como líder de su partido, por considerar que la meta que se había propuesto –retirar al Reino Unido de la UE– se había cumplido.

El segundo, debido a su insatisfactoria actuación durante la campaña previa al referendo, parece haber perdido la confianza de una gran mayoría de sus compañeros de partido miembros del parlamento. Por este motivo, el último lunes, la parlamentaria Angela Eagle lanzó su “candidatura alternativa” a la dirección del Partido Laborista. En forma inmediata, recibió el apoyo de 5l de sus colegas parlamentarios y dio inicio a un proceso que podría culminar en el reemplazo de Jeremy Corbyn. Éste ha anunciado que no piensa dimitir, pero está en duda si podría o no ser candidato en unas próximas elecciones dentro del partido. A pesar de que los laboristas apoyaron la permanencia en la UE, Corbyn está cuestionado por no haber actuado con claridad dentro de esta orientación. Esta frialdad o ambigüedad podría costarle el puesto de líder alcanzado recién en octubre del año pasado.

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