Razones personales me permitieron de manera fugaz visitar Monteagudo, y recibir en el terreno, algunas impresiones favorables y otras que deben ser asumidas y revisadas.
En primer lugar, con satisfacción después de muchos, muchísimos años, comprobé que los trabajos en el tramo Padilla – El Salto, por la empresa china Sinohydro, se desarrollan con importante pool de maquinaria nueva, organización, señalización y actividad intensa; ojalá continúe así hasta su conclusión. Hace pocos meses, critiqué duramente la falta de su atención, y ahora reconozco el trabajo de la ABC que cumple con Chuquisaca.
Una de las deficiencias en la protección de nuestro territorio nace de la falta de atención a regiones colindantes con otros departamentos, y precisamente, la falta de vinculación vial rápida y la influencia de departamentos vecinos que ganan simpatías aprovechando la desatención y abandono de nuestras fronteras, provocan molestia, pasividad y silencio, frente a acciones que afectan al departamento.
En otro orden de cosas, también comprobé que la información oficial que recibe la comisión técnico-legal que apoya a la Gobernación en el tema “Incahuasi” sólo es parcial y es necesaria su validación y ampliación con la participación de vecinos de las zonas involucradas para no equivocar sus conclusiones.
Esto se debe a consultas surgidas sobre la información disponible, que no es conocida por los directamente involucrados. No olvidemos que hemos vivido experiencias de centralismo capitalino sobre las provincias, y toma de decisiones verticales, con dolorosas consecuencias; asimismo, actualmente existe una intensa movilización política de apoyos y desconocimientos, que no vienen al caso en circunstancias cívicas de alto interés; se trata de la unidad y defensa del departamento, son el centralismo y la polítiquería los que nos llevaron a la situación actual. Debemos aprender de nuestros pasados errores…
Es lamentable el criterio en aquellas zonas, que se muestran contrarias y resentidas con la ciudad de Sucre, en la falsa convicción de que los privilegios, la autoridad y los recursos benefician sólo a la capital en desmedro de las provincias, cuando la ciudad, tiene la misma queja y se siente igualmente marginada, porque la Gobernación, la Asamblea Departamental son mayoritariamente administradas por las provincias que distribuyen el gasto, la inversión, y la capital sólo recibe migajas, es decir al final de cuentas resulta la entenada del país y del departamento. La pregunta es ¿quién gana de todo esto?
Ojalá que en la Carta Orgánica Municipal de Sucre se tomen en cuenta estos aspectos, así como una Ley Especial de la Capital, que debe considerar entre otros privilegios, los de una capital del país y no de un solo departamento, que debe recibir la asignación de recursos nacionales y el tratamiento que corresponde a una Capital nacional, si no se quiere mostrar una Bolivia decapitada, después de 200 años de su existencia.