Las últimas informaciones oficiales sobre Margarita-Huacaya tratan de confundir el tema de fondo: el centenario pleito de “Cuevo e Ivo” (150 mil Km2) que comprende campos petroleros de la Provincia Azero y, cuyos límites territoriales con Santa Cruz y Tarija, se han mantenido en statu quo por falta de pruebas legales suficientes en contra de Chuquisaca. Entre esos está Incahuasi, cuyos informes muestran deficiencias técnicas y políticas, y cuyos esclarecimientos se irán develando con el desarrollo del proceso de “conciliación de límites” y la explotación de Huacaya e Incahuasi, donde la Madre Tierra, dará su veredicto.
Chuquisaca cuenta con la documentación suficiente y necesaria para demostrar sus derechos no sólo sobre la serranía en cuestión, sino sobre Lagunillas y otras zonas actualmente en posesión de Santa Cruz; y el río Pilcomayo (Villa Montes) actualmente con Tarija. Ha llegado el tiempo de observar procedimientos y leyes inconsultas e inconstitucionales, tiempo en que deben reconocerse y compensarse daños, fruto de acuerdos espurios, intereses privados e ingenuidad, politiquería y ambición.
Es completamente extraño que en ese periodo –en que se postergó injustamente la solución de esa causa– se pierdan en el Congreso Nacional, ocho cuerpos de un voluminoso expediente que Chuquisaca presentó, como prueba de sus derechos sobre “Cuevo e Ivo”, documentos originales, mapas valiosos y otros de ese litigio del que solo se han recuperado copias dispersas y piezas sueltas. Con relación al Mapa Oficial de Bolivia de 1859 (IGM), existen algunas buenas copias en el archivo documental de la Universidad, Prefectura de Chuquisaca (1825-2000); así como el Registro Catastral de las propiedades de la provincia Azero, jurisdicción de Chuquisaca.
Ciudadanos meritorios de la época, ocupados en descorrer el velo de la verdad y la injusticia han dejado memoria escrita sobre los acontecimientos de esta página negra de nuestra historia: José María Dalence (1851), Samuel Oropeza (1882), Nicanor Mallo (1912), Zenón Orías (1912), Otto Ruck (ABNB), Saturnino Zárate (1911) Ricardo Mujía (1933), Julio García Quintanilla y otros de la “Sociedad Geográfica e Histórica Sucre” que el tiempo ha borrado de la memoria. Finalmente merece especial reconocimiento por sus investigaciones y aportes documentales, Sergio Villa Urioste, que por años, ha tenido la pulcritud y cuidado de seleccionar material informativo, que ahora resulta imprescindible.
Tal como están las cosas resulta de la más alta prioridad definir los límites departamentales porque existen identificados 15 campos reservados por YPFB en Chuquisaca, y, cada vez más “campos compartidos” y hasta de propiedad exclusiva, en territorios cedidos por Chuquisaca sin ninguna forma de compensación hasta el día de hoy.
A este respecto, la Comisión Cívica de Incahuasi, que apoya las actividades de CODEINCA y la Gobernación, reitera e insiste en la necesidad de contar además con:
a) La información legal, técnica y económica oportuna y necesaria de los campos chuquisaqueños en actual explotación, y la creación de la Gerencia de Ductos de YPFB en Sucre.
b) Fortalecer la fiscalización y control de producción a través de técnicos calificados y acreditados, tanto en las zonas de producción como en el Directorio de YPFB.
c) Preparar acciones legales contra YPFB y Ministerio de Autonomías por mostrar deficiencias en los procedimientos y falta de transparencia en la información.
d) Desarrollar una campaña de información amplia y transparente al departamento sobre la realidad del problema Incahuasi.