Sucre, el inconsciente colectivo

27/11/2016
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Así como cada ser humano tiene un consciente individual, que apenas abarca el 5% de su energía; tiene también un inconsciente que abarca el 95% restante. Este, gobierna su herencia genética y el funcionamiento de todos sus órganos, de donde resulta que el hombre, es dirigido en la mayoría de sus actos y decisiones por su inconsciente.

Al igual que en el caso anterior, también existe un inconsciente colectivo, que alcanza los grupos y sociedades, de ahí porque, sin propaganda ni otro factor coadyuvante, esta ciudad –mejor su inconsciente colectivo– herencia de un pasado cuyas raíces son frustración, injusticia y felonía, en similares circunstancias, votará siempre negativo.

Sucre es una ciudad cuya característica sobresaliente es el conservadurismo y el conformismo. Esto se destaca, en la política, en lo social, en lo económico y en lo cultural. Aquí no germinan la innovación, emprendimientos e iniciativas de un proceso efectivo de desarrollo. Valen más la burocracia de las instituciones, la conformidad con un salario, un bono y alguna otra regalía. La economía departamental se basa en los hidrocarburos, de los que mal participa, porque las transnacionales se llevan la mejor parte, el gobierno es segundo comensal, y finalmente comparten fraternalmente sus hermanos, que si pudieran le sacan también los ojos.

Los funcionarios del Estado, donde pocos trabajan con conciencia –los más, sobre todo en este último tiempo, son personal migrante rural por millares–, ocupan funciones públicas sin resultado favorable para la región y constituyen una verdadera desocupación disfrazada. Chuquisaca ha recibido, en estos últimos años, recursos cuatro a cinco veces mayores que en el pasado, pero de ese proceso de cambio tan publicitado, la pobreza sigue en los mismos niveles, los problemas básicos en los mismos estándares, masas de informalidad, masas de funcionarios públicos, masas de universitarios, y todo es voracidad y liderazgo negativo.

La gobernación es obsecuente al poder político central, pero dice servir lealmente a Chuquisaca. “Nadie puede servir a dos señores”, servir de esa manera es servir a medias. La alcaldía está fuera de control, insiste en teleférico cuando no hay agua, no hay tratamiento de basura, no hay solución de salud ni orden para los problemas de la ciudad, en ella solo reina el cansancio y el desánimo, algo más, las empresas de servicio público son un verdadero fracaso… Solo el tiempo juzgará los resultados…

Finalmente, la Universidad es un nuevo monstruo corporativo, crece desmesuradamente, pero no contribuye con propuestas frente a los graves problemas de la ciudad y el departamento. Es una institución burocrática con tendencia al parasitismo, solo busca la prórroga de mandato a cualquier precio, sigue el mal ejemplo del gobierno plurinacional.

Este siglo trae mal presagio, falta de unidad departamental por malas políticas, imprevisión, dispersión de recursos por obras menores sin impactos de desarrollo; una agenda nacional marco fuera de la realidad; una visión departamental de tierra adentro sin perspectiva ni futuro, en fin…

Un proceso de cambio real para Chuquisaca y Sucre se debe fundar en un esfuerzo pionero y firme de innovación y visión creativa, sin prejuicios, intereses ni dogmas, hay que romper viejas mañas y males que ponen vallas al progreso, pero con valores humanos esenciales, y sobre la base de nuestros potenciales que no son pocos.

 

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