Tuve la suerte de ser invitado a la presentación de las cafeterías y escuelas de cocina “Manq´a”, evento en el que realmente en un marco de alarde de medios que denotan riqueza o importancia, me sumergí en un bufet gastronómico diverso y colorido y lleno de parafernalia que según su definición se refiere a aquellas cosas o costumbres que aportan grandilocuencia a un evento o un suceso. A través de ella, se busca que algo resulte fastuoso o pomposo.
Quedé completamente afectado, sorprendido e impresionado por la riqueza, la variedad, la diversidad de las texturas, el colorido y las posibilidades que la gastronomía puede aportar a la oferta turística de nuestra ciudad que se encuentra desde mi humilde punto de vista en franca regresión.
La gastronomía, un componente esencial de la historia, la tradición y la identidad, se ha convertido también en un motivo importante para visitar un destino. Según el segundo informe mundial de la Organización Mundial de Turismo OMT, sobre turismo gastronómico, este segmento turístico ofrece un enorme potencial para estimular las economías locales, regionales y nacionales y promover la sostenibilidad y la inclusión.
La experiencia gastronómica es hoy tan importante como visitar un museo, disfrutar de la música o admirar la arquitectura de un destino. En este sentido, el turismo gastronómico tiene un gran potencial para mejorar la gestión de los destinos, promover las culturas y contribuir a otros sectores, como la agricultura y la manufactura de alimentos.
La unión entre gastronomía y turismo ofrece, por lo tanto, una plataforma para revitalizar culturas, conservar el patrimonio material e inmaterial, empoderar a las comunidades y fomentar el entendimiento intercultural dicen los expertos.
El emprendimiento “MANQ¨A” merece todo el apoyo necesario, es uno de los vectores que con toda seguridad va a reactualizar y revitalizar el producto de una ciudad patrimonial como la nuestra que merece mejor suerte.
Ojala que las autoridades no escatimen esfuerzos como se hace en otros países tal es el caso de la República del Perú, que ha incrementado su demanda turística, incluyendo su patrimonio gastronómico en forma substancial y ha sido declarada por quinta vez, destino culinario del mundo.
No le demos más vueltas empujemos todos el desarrollo turístico hacia una misma dirección y sin lirismos.