Problemas de tráfico en la ciudad

12/07/2017
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Otra vez el tema porque lejos de resolverse los múltiples problemas que ocasiona el pesado tráfico de vehículos en la ciudad, van aumentando y es lógico porque aumenta la población, aumenta el número de vehículos y no se toman medidas para por lo menos paliar la situación.

Se han ampliado algunas aceras y deben seguirse ampliando las demás porque los peatones tienen que circular con seguridad. Lamentablemente, después de mayo, esos trabajos se han interrumpido. Si bien es cierto que al ampliar las aceras se reduce la superficie de las calzadas, es algo que tiene que hacerse porque ya es hora de que, como en cualquier lugar del mundo civilizado, los peatones tengan prioridad sobre los vehículos.

Sin embargo, a pesar de lo expuesto, se pueden aplicar muchas medidas para evitar que los problemas de tráfico sigan aumentando o que las soluciones se vuelvan más difíciles de aplicar. Todo es cuestión de hacer un plan sencillo y ejercer el poder de la autoridad.

Hay que empezar por establecer el tamaño de los vehículos de servicio público que ingresen al centro y fijar paradas oficiales para educar a conductores y peatones. Vehículo que pare para subir o bajar pasajeros en área no autorizada debe ser inmediatamente detenido para aplicar al conductor una fuerte sanción. Ya se ha comprobado que aquello de que la letra entra con sangre es lo único que funciona, como es el caso de las grapas cuya multa de 50 bolivianos hace que el infractor no repita su falta. Habría que hacer lo mismo con los que violen la norma de las paradas oficiales.

Además, la gente tiene que acostumbrarse a que el transporte público tiene la misión de acercarla a su destino y no dejarla en la puerta. Por no entender ese concepto es que hay puntos saturados por el tráfico de vehículos, lo que perjudica también el libre tránsito de los peatones y uno de los ejemplos más claros es el del mercado central. Hay prohibición de ocupar los espacios públicos y sin embargo el área destinada a parqueo en ese mercado que debería estar reservada para taxis, está llena de vendedores que ocupan no solamente las aceras, sino insólitamente parte de la calzada.

La falta de parqueo en el centro ha obligado a los propietarios de vehículos particulares a utilizarlos menos, a lo que se han resignado. El tráfico puede mejorar mucho mejor si se aplica además la llamada restricción por números pares e impares de placas, efectuando obviamente un estricto control.

Si se aplican las medidas sugeridas con energía y haciendo respetar el principio de autoridad, los conductores de vehículos de servicio público y los pasajeros acabarán también por acostumbrarse al nuevo ordenamiento porque terminarán aceptando la realidad en beneficio colectivo. Una ciudad ordenada es una ciudad que atrae turismo.

En este objetivo, las cebras bien podrían cumplir una tarea mucho más efectiva que la que cumplen hoy porque, a pesar de su sacrificado trabajo, su esfuerzo en la práctica no sirve para nada.

Hay que reconocer que los postes que se están colocando en varias calles para educar a los conductores, aunque no adornan precisamente las calles, tienen la virtud de obligar a los conductores, y a la fuerza, a respetar su carril. Es otra prueba de que todo es cuestión de educación y eso es lo que nos falta a todos, pero en el tema que nos ocupa, específicamente, a conductores y peatones.

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