"Se declara Patrimonio Cultural e Histórico del Estado Plurinacional de Bolivia, a la “Batalla de Tumusla”, del 1 de abril de 1825, como última batalla que selló la Independencia del Alto Perú, suscitada en la localidad de Tumusla del municipio de Santiago de Cotagaita, provincia Nor Chichas del departamento de Potosí”.
La Ley Nº 606 de 24 de noviembre de 2014 sustenta así en su Art. 1 la batalla, cuya importancia radica en haber dado nacimiento a nuestro país el 1° de abril de 1825, para formalizarse posteriormente su emancipación mediante la declaración de independencia el 6 de Agosto del mismo año.
Al respecto, pareciera que en el imaginario de cada boliviano el 6 de Agosto de 1825 Bolivia emerge a su independencia gracias a Bolívar y Sucre.
Sin embargo esto es incorrecto, ya que fue Tumusla la batalla que nos dio la libertad como el mismo Carlos Mesa Gisbert en su libro “Historia de Bolivia” refiere, al indicar que esa ofensiva “facilitó la penetración de las tropas colombianas a todo el Alto Perú, sin que se disparase un solo tiro”.
Al respecto, erróneamente Mesa G. emplea en su libro el término motín, ya que por lo decisivo de este enfrentamiento armado entre realistas –al mando del Gral. Español Pedro Antonio de Olañeta–, e independentistas a la cabeza del entonces Cnl. Carlos Medinaceli Lizarazu, en el lenguaje y lógica militar debe llamarse batalla sin discusión alguna. Esto, para fines de ser correctos en el lenguaje, ya que la historia debe contextualizarse en el ámbito del objeto estudiado, en este caso un contexto militar.
El parte militar respectivo que refiere “fuimos 26 jefes y oficiales con 1.300 clases y soldados los vencedores en la Batalla de Tumusla, efectuada frente al río Tumusla y sobre el camino real y adyacente del cerro, la tarde del Jueves Santo, 1º de abril de 1825, de las 3 de la tarde a las 7 de la noche, del sur al norte, de este a oeste y viceversa. Tuvimos 150 clases y soldados muertos y 6 jefes y oficiales con 10 heridos y 260 clases de soldados de nuestro Reg. Cazadores a Caballo comandado por el Tte. Melchor Daza, herido en la batalla, no de gravedad, de 600 hombres y Batallón de Cazadores de Chichas de 700 plazas, comandado por el Tte. Cnel. Miguel Mérida.”
Todo esto fue de conocimiento del Libertador Simón Bolívar, quien por intermedio del Mariscal Sucre ascendiera posteriormente, sin objeción de persona alguna, al grado de General al entonces Cnl. Carlos Medinaceli Lizarazu, como máximo reconocimiento en una carrera militar.
Por lo expuesto, tenemos una primera verdad por relación lógica en este punto, ya que por la importancia de Tumusla, Bolívar ascendió como Gral. a Medinaceli al haber eliminado éste al último obstáculo español para la independencia del Alto Perú.
Por otra parte, seguramente por razones propias del momento histórico y su carácter militar la batalla se dio de un momento a otro antes que llegaran Bolívar y Sucre a enfrentar a Olañeta. Sin duda, tanto para Bolívar como para Sucre fue un sinsabor el no haber ellos podido eliminar al realista y coronar así su gesta libertaria. Quizás por esto a la Batalla de Tumusla hasta el día de hoy no se la reconoce como la que dio nacimiento y libertad a nuestro país, lo cual no desmerece históricamente la gesta libertaria comandada por Bolívar y Sucre.
Cerrando conceptos, si bien el 1 de abril de 1825 en Tumusla nace Bolivia, se constituye como República recién el 6 de agosto de 1825 con las formalidades de ley si queremos llamarlo así. Haciendo una analogía muy ligera en la diferencia de ambos momentos, uno sería cuando una persona tramita y recibe su certificado de nacimiento, y otro diferente es el día de alumbramiento.
De igual manera nuestro país tiene dos momentos diferentes, nuestro nacimiento a la libertad el 1 de abril de 1825 en Tumusla, y otro el 6 de agosto de 1825 con la declaración de independencia. En uno fue protagonista el Gral. Carlos Medinaceli Lizarazu junto al pueblo chicheño, y en el segundo fueron el Mcal. Bolívar y el Mcal. Sucre junto a otros que la historia siempre ha nombrado, pero falta y debe ser una obligación de todo boliviano reconocer y dar el lugar que se merece a Tumusla. Esto por cultura, identidad, justicia y cumplimiento a la Ley 606 citada a un inicio.
El presente artículo se sustenta en el libro “Tumusla: La Batalla que dio Libertad e Independencia a Bolivia” escrito por el profesor y periodista Víctor Medinaceli Suárez, y pretende únicamente diferenciar el nacimiento, respecto a la independencia de Bolivia, por ser momentos diferentes y con actores distintos.
