El doble aguinaldo no debe ser banalizado

EDITORIAL 19/10/2017
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Con el argumento de aportar a la mejor redistribución de la riqueza, el Gobierno creó el “doble aguinaldo” el año 2014, consistente en pagar a los trabajadores del sector público y privado un salario (o duodécima) adicional al año si el Producto Interno Bruto (PIB) registra, a septiembre de cada gestión, un crecimiento “superior” al 4.5 por ciento.

Obviamente, la mayoría de los sectores laborales del país recibió con mucho entusiasmo esta disposición, sin reflexionar que un pago de esta naturaleza en el sector privado significa una peligrosa carga económica que puede conducir incluso al cierre de muchas emprendimientos y, en el público, inflación, en desmedro del empleo y el desarrollo.

Se ha pagado dos años este doble aguinaldo, pues desde 2016 la economía no ha crecido por encima del 4.5 por ciento. Sin embargo, por un lado, surgieron demandas en sentido de que al convertirse el doble aguinaldo en una “conquista social”, tendría que ser mantenido al margen de los niveles de crecimiento que registre el país.

Por otro lado, los entendidos cuestionan la medida pues el parámetro es un promedio y no todas las regiones crecen a ese ritmo ni todas las empresas en concreto, por tanto, la medida es injusta.

Adicionalmente, la creación del doble aguinaldo coincidió, y podría no ser casual, con una demanda presentada por el MAS ante el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) para que los primeros mandatarios puedan ser candidatos en las elecciones de 2015, por cuanto la Constitución Política del Estado (CPE) lo prohibía en forma taxativa. Y, una vez dictada la sentencia constitucional autorizando esa repostulación, comenzaba la campaña.

Corresponde esa digresión por cuanto pese a que previsiones de alta credibilidad pronosticaron desde finales del año pasado que la economía del país no alcanzaría al 4.5 por ciento las autoridades no sólo que fijaron en un 4.8 esa meta en el Presupuesto General de Estado sino que sin mayor escrúpulo la mantuvieron a lo largo del año transcurrido.

Finalmente, el Ministro de Economía ha asegurado que el crecimiento no alcanzará esa previsión, pero el Presidente del Estado no parece estar convencido y ha hecho referencia a que “quizá” no se logre la meta, pero que, con seguridad, se lo hará el próximo año.

Por lo señalado, no está demás recordar que el tema tiene alta sensibilidad pues provoca esperanzas y temores. Por tanto, las autoridades lo deben tratar con la debida ponderación.

No está demás recordar que el tema del segundo aguinaldo en el país tiene alta sensibilidad pues provoca esperanzas y temores. Por tanto, las autoridades nacionales lo deben tratar con la debida ponderación

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