El irregular proceso electoral que se ha registrado en Honduras deja muchas enseñanzas que podrían ayudar a nuestro país a evitar caer en una situación similar.
Para simplificar el tema, la “derecha” política en el poder de Honduras decidió eliminar la norma constitucional que prohíbe la reelección presidencial, a través de la presentación de un recurso en contra de la norma ante el órgano electoral que falló en favor del actual mandatario y sus seguidores.
Valga aclarar que una de las razones para que un golpe militar derroque al ex mandatario Manuel Zelaya en 2009 fue que intentó incluir en una elección una boleta consultando a la ciudadanía si procedía o no derogar la cláusula constitucional que prohíbe la reelección, y fueron los opositores de entonces (hoy en el poder) los que organizaron la asonada.
Munida de la sentencia jurídica, esa derecha ha postulado a la reelección del actual mandatario en un país polarizado y las denuncias de fraude son tan fuertes que el jefe de la Misión de Observación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA), el expresidente Jorge Tuto Quiroga ha elaborado un informe que pone en duda la legitimidad de los comicios, que ha motivado a que la organización multilateral pida nuevas elecciones
En este proceso, el Presidente del Estado se adelantó en criticar al ex presidente Quiroga y al secretario general de la OEA, por actuar, según su al parecer equivocado criterio, a favor de la corriente derechista hondureña, exigiendo, además, al representante de la OEA actuar con similar vehemencia como lo ha hecho en el caso venezolano o respecto a su propia repostulación.
Lo que olvidó el Primer Mandatario es que en Honduras es la izquierda la que reclama por la decisión del tribunal de justicia de desconocer la CPE; es decir, en Honduras critica lo que en el país sus seguidores han hecho.
Se trata de un nuevo ejemplo que muestra como en el oficialismo predomina la adhesión a la ley de la selva, posición que daña los cimientos de una pacífica convivencia social, pues da curso, como está sucediendo, a la imposición del arbitrio y el interés particular sobre el bien común.
En cambio, conociendo las informaciones provenientes de Honduras y Washington, se debe felicitar la actitud del ex mandatario Quiroga que, como lo ha hecho en Venezuela (desde el golpe que intentó derrocar a Chávez en 2002), ha privilegiado su adhesión democrática por sobre sus legítimas visiones político-ideológicas.
Se trata de un nuevo ejemplo que muestra como en el oficialismo predomina la adhesión a la ley de la selva, posición que daña los cimientos de una pacífica convivencia social, pues da curso, como está sucediendo, a la imposición del arbitrio y el interés particular sobre el bien común
