Pareciera que, por muchos años dentro del ámbito escolar, no se hubieran valorado muchos de los saberes y conocimientos culturales de los estudiantes y de grupos originarios, que, si bien se encuentran presentes en la escuela, son una minoría frente al grupo social imperante. En este sentido, pareciera que solo se asumen como válidos, aquellos saberes y conocimientos que son propios de un grupo social mayoritario, lo cual repercute negativamente en el desarrollo escolar pues se genera la pérdida progresiva de los saberes y conocimientos propios de nuestra cultura, como la lengua, nuestras creencias, nuestras tradiciones, danza, ritos y otros.
De alguna manera pareciera que la escuela está siendo un espacio que coarta el desarrollo de la identidad cultural de los estudiantes. Frente a esta problemática, que pareciera también que no existe, considero que sí es importante valorar la diversidad en la escuela.
Al mismo tiempo se debe considerar que todos los estudiantes y miembros de una comunidad educativa poseen saberes y conocimientos propios que les permiten relacionarse con su entorno social y natural, contribuyendo de esta manera a la formación de las futuras generaciones en el marco de la interculturalidad, como también toda acción educativa que no contemple los saberes y conocimientos existentes en la sociedad es negativa, porque no permite la continuidad de los contenidos de aprendizaje y enseñanza para la formación del estudiante.
Al respecto, también la Constitución Política del Estado Plurinacional estipula que la diversidad cultural constituye la base esencial del Estado Plurinacional Comunitario."... La interculturalidad es el instrumento para la cohesión y la convivencia armónica y equilibrada entre todos los pueblos y naciones". Se añade también que "... El estado asumirá como fortaleza la existencia de culturas indígena originario campesinas, depositarías de saberes conocimientos, valores espirituales y cosmovisiones".
Es de imperiosa necesidad reconocer la diversidad cultural en nuestras aulas y fuera de ellas, como también la necesidad de comunicarnos en un sentido de paz y amor con el otro, estableciendo así una complementariedad e interacción basada en el respeto y la tolerancia.