Hace algunos años, Oscar Arze Quintanilla, en una publicación auspiciada por el Instituto Latinoamericano de Planificación Económica y Social de la Organización de las Naciones Unidas, manifestó:
“Las poblaciones que mantienen su organización tribal, ubicadas en selvas, sobreviven porque sus tierras resultan inaccesibles. Son poblaciones desprotegidas y corren gran peligro de extinción. Las sociedades dominantes no valoran la cultura, la organización social y la lengua de los indígenas..Las que antes eran tierras sólo para los indígenas pasaron a pertenecer a los grupos dominantes. No se aprecia adecuadamente el conocimiento que tienen los indígenas de los ecosistemas tradicionales. El incremento de la obras hidráulicas en la región amazónica afecta a las poblaciones nativas de esas zonas con una intensidad mayor que a las de otros sectores. Afortunadamente, es cada vez mayor el reconocimiento de la existencia de sociedades plurales con carácter de componentes básicos del patrimonio cultural”.
Es de suponer que ese criterio sirvió de inspiración para redactar el artículo 2 de la Constitución Política de 2009, que garantiza la libre determinación de los pueblos indígenas respecto a su autonomía, autogobierno, cultura, reconocimiento de sus instituciones y consolidación de sus entidades territoriales.
El mencionado tema, que propiamente nunca perdió actualidad con referencia a los proyectos de carreteras y represas hidroeléctricas, figura nuevamente en primer plano debido a la noticia de haberse filmado una película sobre el extravío en 1981 durante veinte días de un israelí en el Parque Nacional Madidi, socorrido por autóctonos casi al borde de la inanición. El protagonista de esa pérdida en la selva, al retorno a su país, publicó un libro que sirvió para incitar en el mundo el turismo hacia esa zona partiendo de Rurrenabaque.
En la indicada película se verá la inmensa y diversa variedad de flora, aves, anfibios, reptiles, y mamíferos terrestres, algunas de las cuales no han sido aún catalogadas, y muchas están por tales planes en peligro de extinción.
Debido al proyecto de instalar una represa hidroeléctrica en ese Parque Protegido, calificado por la revista especializada “National Geographic” como “la mayor reserva ecológica del planeta”, se originará el trasplante de miles de habitantes de la etnias chimán, mosetenes, tacanas, lecos y araonas.
El israelí mencionado, con referencia a la filmación de su odisea, expresó: “Me parece que la cinta es una estupenda plataforma para que el mundo mire hacia la zona más biodiversa del planeta. Personalmente pienso que lo que se pretende en el Chapete y el Bala es atroz; es casi como un crimen de guerra”.