Aprender a soñar para aprender

CIENCIA CUÉNTICA 03/01/2018
PUBLICITE AQUÍ

Soy un niño de siete años y estoy caminando solo de regreso a casa. No estoy seguro de dónde pero no veo a nadie cerca mío. Está oscuro y la iluminación no es suficiente como ver más allá de los cinco metros… Entonces noto que en la calle por la que camino se empiezan a abrir unos huecos en el piso y de allí salen unas manos que intentan agarrarme de mis pies. La sensación de miedo se convierte en angustia y entonces intento correr. Las piernas no me responden. Es como si estuvieran pegadas al piso o pesaran tanto que no las puedo mover como quisiera. Mi sensación de angustia aumenta… Entonces, súbitamente, me doy cuenta de que lo que está ocurriendo es un sueño… una pesadilla…. Entonces me calmo e intento despertarme en lugar de intentar correr… Finalmente lo consigo y despierto todavía asustado, con mi corazón acelerado.

Partiendo de esta experiencia personal, una de tantas, podemos preguntarnos si alguna vez nos ha ocurrido algo similar; es decir que, mientras soñábamos dormidos; de pronto, tomábamos conciencia de que se trataba de un sueño lo que estaba ocurriendo. En el caso referido, el sueño se convirtió en pesadilla. Pero hay también casos de sueños agradables en los que también llegamos a tomar conciencia de que se trata de un sueño.

Pues bien, a esos sueños en los que, de pronto, tomamos conciencia de que se tratan de un sueño, les podemos denominar “sueños lúcidos”. La ventaja de tener sueños lúcidos es que, por una parte, los podemos orientar o tomar decisiones en relación a ellos; es decir, permitir que continúen, detenerlos o reorientarlos. Por otra, se prestan a ser recordados cuando despertamos. De allí que haya personas que acostumbren escribir sus sueños, tal mi caso.

A lo que nos queremos referir ahora es si será posible que nosotros le dediquemos alguna atención, mayor o menor, a la orientación de los sueños en tanto realicemos ejercicios para generar sueños lúcidos.

Digamos que no pretendemos llegar a la convicción expresada por Jean Pierre Garnier Malet cuando afirma en El doble. Cómo funciona, que “Tu doble puede ocuparse de ti durante tus sueños. Solamente tu manera de dormirte le permite venir a ti para aconsejarte y arreglar tus posibilidades futuras”.

Pero no estaría demás tratar el tema. Sabemos muy bien que el proceso de aprendizaje se consolida en el sueño profundo que es el momento en el que las rutas de comunicación neuronal generadas durante los procesos de aprendizaje se fijan para hacer más rápidas y fáciles las siguientes comunicaciones. Así, tal vez podamos realizar algún ejercicio sencillo que nos permita generar sueños lúcidos y, por otra parte, evitar las angustiosas pesadillas.

Compartir:
Más artículos del autor


Lo más leido

1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
Suplementos


    ECOS


    Péndulo Político


    Mi Doctor