El Día de la Justicia

EDITORIAL 02/05/2018
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Se ha cumplido, como si de un libreto se tratara, la advertencia que este diario hiciera, en agosto de 2016, en torno al campo gasífero Incahuasi.

En ese entonces, a través del suplemento “Panorama”, habíamos señalado que “el reclamo de Chuquisaca sobre su participación en el campo Incahuasi es solo el inicio de un problema de largo aliento para el Departamento que, después de décadas —y hasta siglos—no solo no definió sus límites sino que, al parecer, tampoco se había preparado para hacerlo”.

Y es que a partir de 2004, cuando se descubrió el campo que es objeto de este conflicto birregional, Correo del Sur insistió en la necesidad de realizar un estudio imparcial que no solo tome en cuenta los elementos georeferenciales, topográficos y jurídicos sino también históricos, económicos y sociales. Y es que, al definir la pertenencia de un yacimiento de esta naturaleza, también se debe tomar en cuenta sus efectos entre la población implicada y, en este caso, tenemos, por un lado, a Santa Cruz, el departamento con el mayor crecimiento económico del país y, por el otro, al nuestro, uno de los que, por el contrario, afronta una pobreza que se refleja particularmente en sus provincias.

Técnicamente, el conflicto es irresoluble. A la hora de definir límites, los argumentos de uno y otro lado señalan diferentes puntos geográficos, a pesar de la abundante documentación legal e histórica que le dan a Chuquisaca la razón. Si a eso se suma el antecedente de que los hitos fueron removidos a favor de Santa Cruz, como se denunció y no se desmintió, entonces llegaremos a la conclusión de que no se podrá llegar a un acuerdo por esta vía.

Queda, entonces, el factor histórico. Si se estudia el pasado del territorio que hoy abarca el Estado boliviano, se verá que los conflictos de límites no son recientes ni se remontan simplemente al siglo XIX. Uno de los grandes problemas de este país, sino el más grave, es que, cuando nació a la vida independiente, no había definido claramente sus límites con los países vecinos –y eso dio lugar, después, a guerras como las del Pacífico y el Chaco– así que menos lo hizo a nivel interno.

Por tanto, cuando surgen o son descubiertos recursos naturales ubicados entre comunidades, o municipios, estallan los problemas. Es cuando se habla de avasallamientos y acusaciones de una y otra parte. El del campo Incahuasi es un conflicto todavía mayor porque se trata de dos departamentos disputándose la propiedad de yacimientos que se encuentran en el subsuelo.

El factor histórico podría definir la situación. Si se incluiría los antecedentes anteriores a la llegada de los españoles, cuando los límites estaban definidos a nivel de una unidad territorial denominada Kollasuyo, el panorama sería más claro. Empero, el estudio de la consultora Petroleum Consultants GLJ no toma en cuenta este aspecto. Sospechosamente, atribuye la totalidad del yacimiento a Santa Cruz y pasa por alto todos los demás elementos de análisis, y lo hace con el asentimiento pleno del Gobierno Nacional y la reacción demasiado tardía y hasta cómplice de las autoridades concernidas de Chuquisaca.

Por ello, la única posición que se aproxima a la racionalidad es la del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) que, a través de la sentencia 1160/2017 ordenó el congelamiento del pago de regalías mientras un nuevo estudio no determine, con carácter definitivo, los límites entre Santa Cruz y Chuquisaca. Fue cuando se vio, nuevamente, que los cruceños imponen su peso económico porque bastó el fallo de un juez, jerárquicamente inferior al TCP, para ordenar el descongelamiento.

Por ello, este diario reitera lo dicho en 2016: “Este es un conflicto que no se definirá en días, sino que más bien es la apertura de una larga lucha que deberá sostener Chuquisaca”. El problema es que de por medio están los intereses políticos, tanto del oficialismo como de la oposición, que, en lugar de defender a la región, están viendo la mejor forma de llevar agua a su molino y favorecerse de la coyuntura.

Este diario reitera lo dicho en 2016: “Este es un conflicto que no se definirá en días, sino que más bien es la apertura de una larga lucha que deberá sostener Chuquisaca”. El problema es que de por medio están los intereses políticos, tanto del oficialismo como de la oposición, que, en lugar de defender a la región, están viendo la mejor forma de llevar agua a su molino 

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