La Universidad Pública de El Alto (UPEA) es, definitivamente, un colectivo admirable. Luego de días de enfrentamientos con el Gobierno, que costaron la vida del estudiante Jonathan Quispe, consiguió la aprobación de una ley que incrementa 70 millones de bolivianos no sólo a su presupuesto de 2018 sino que se consolida para las siguientes gestiones.
En otras circunstancias, o tratándose de otras universidades, este logro sería heroico pero, si de la UPEA se trata, es preciso considerar los antecedentes.
A la Universidad Pública de El Alto se le cuestiona incluso su origen. De nueve departamentos que tiene Bolivia, sólo dos tienen dos universidades en su territorio, La Paz y Potosí.
En el caso que nos ocupa, la UPEA es el resultado de la presión ejercida por vecinos de El Alto, no precisamente por el problema de la distancia, ya que esa ciudad es vecina de La Paz. La Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) ofreció constituir allí un distrito universitario pero los alteños rechazaron la propuesta señalando que querían una universidad propia. Lo lograron en 2000, siempre sobre la base de presiones, cuando se promulgó la Ley 2115 que, además de crearla, señalaba que obtendría su autonomía total en cinco años.
Pero apenas pasaron tres años y estalló la “guerra del gas” que no fue otra cosa que una revuelta motorizada, entre otros partidos, por el Movimiento Al Socialismo (MAS) y el Movimiento Indígena Pachakuti (MIP) de Felipe Quispe. Como se sabe, ese movimiento, que costó más de 60 muertos, motivó la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada y el ascenso al poder de Carlos Mesa quien, en su corto gobierno, y ese mismo año, le dio autonomía plena a la UPEA para evitar mayores problemas con ella.
Desde entonces fue la mimada de los gobiernos y creció en proporción geométrica, como ninguna otra en la historia de Bolivia.
La universidad más antigua de Bolivia es la San Francisco Xavier de Chuquisaca, fundada en 1624. En 394 años de existencia tiene 48.092 estudiantes matriculados que reciben enseñanzas de 1.316 docentes. La UPEA tiene apenas 18 años pero, debido a una cuestión eminentemente poblacional, ha registrado 42.342 alumnos y sus docentes son 2.664.
Ahora, si la comparamos con las universidades más grandes, consignamos estas cifras: la UMSA tiene 2.370 docentes para 78.000 estudiantes; la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno de Santa Cruz contrata a 1.754 docentes para 84.619 alumnos y la Universidad Mayor de San Simón, de Cochabamba, cuenta con 1.672 docentes para 78.760 estudiantes.
No son los únicos datos a considerar. Mientras duraban los enfrentamientos, el Gobierno difundió oficialmente los sueldos de la UPEA y, así, se supo que están entre los más altos del país. El rector gana casi 23.000 bolivianos mientras que el sueldo promedio de los docentes es superior a 18.000 y uno de ellos es Felipe Quispe.
En lugar de hacer una reingeniería financiera, la UPEA pide más dinero y, entre ayer y hoy, el Gobierno está viabilizando una ley que le entregue 70 millones de bolivianos para este año y los siguientes. Ahora resta saber si esta universidad volverá a su cauce; es decir, de connivencia con el Gobierno, como antes.
La universidad más antigua de Bolivia es la San Francisco Xavier, fundada en 1624. En 394 años de existencia tiene 48.092 estudiantes matriculados que reciben enseñanzas de 1.316 docentes. La UPEA tiene apenas 18 años pero, debido a una cuestión eminentemente poblacional, ha registrado 42.342 alumnos y sus docentes son 2.664