Casi una veintena de muertos en menos de 24 horas es una cifra para alarmar a cualquiera y, aunque la mente se niegue a aceptarlo, la verdad es que esas vidas se perdieron en territorio boliviano, muy cerca de donde nos encontramos.
El caso más lejano, por cuestiones geográficas, es el que ocurrió en el kilómetro 64 del camino Cochabamba-Santa Cruz donde se encunetó un bus de la empresa de transporte interdepartamental “Danubio” causando la muerte de nueve personas. Según el informe policial preliminar, el accidente se habría producido debido a que el conductor del bus imprimió demasiada velocidad.
El otro accidente reportado nos tocó más de cerca, el que ocurrió a 20 kilómetros de Potosí, en el camino que va de la Villa Imperial a Uyuni. Esta tragedia, ocurrida el jueves, costó otras nueve vidas y, según la descripción que sale en el parte policial, involucró a tres vehículos, dos minibuses de la Asociación de Transporte Libre (ATL) que cubren el trayecto Potosí-Porco y una volqueta que se había estacionado en la vereda del camino porque sufrió desperfectos mecánicos.
Los primeros indicios de imprudencia están en el conductor de la volqueta. Por una parte, se estacionó en lugar indebido cuando lo que debió haber hecho es alejarse lo más posible del trazo caminero. Por otra, no tuvo el cuidado de poner conos o cualquier otra señalización en los extremos donde había detenido su vehículo para así avisar que éste se encontraba estacionado. Fue en esas circunstancias que apareció uno de los minibuses, uno de color guindo, a tan alta velocidad que, ante la inexistencia de señalización, no pudo evitar impactar contra la volqueta. Como consecuencia del choque, el automóvil guindo rebotó y, al hacerlo, fue a dar contra otro minibús, uno de color blanco que apareció fracciones de segundos después. Todos estos hechos causaron los daños personales que no sólo se tradujeron en fallecimientos sino también en lesiones en otra veintena de personas.
Por todo lo apuntado, es inevitable señalar como responsables de todos estos hechos a los conductores quienes, aparentemente, no tienen suficientes conocimientos sobre el Código de Tránsito o por lo menos las normas básicas de educación vial.
Si a estos reportes sumamos el hecho de que el jueves hubo otro accidente de tránsito en el camino que une a Sucre con Potosí, a la altura de Samasa Alta, aunque afortunadamente sin saldos fatales, configuraremos un panorama trágico en un lapso demasiado corto. Cinco personas resultaron heridas en este otro siniestro y una de ellas es una mujer en estado de gestación.
Las versiones policiales responsabilizan de lo sucedido a los conductores pero no se habla de la responsabilidad que tiene la institución del orden, fundamentalmente en las llegadas y salidas de vehículos, verificación de condiciones técnicas y el control en los caminos.
Para nadie es un secreto que el transporte interdepartamental de pasajeros está librado a la voluntad de las empresas debido a una mera cuestión de jurisdicciones. Ni gobernaciones ni alcaldías quieren intervenir en el asunto y el Gobierno central es simplemente un nombre. Por ello, tanto los buses como otro tipo de vehículos salen de las terminales, o de otros lugares, sin ningún tipo de control, que pareciera restringirse sólo a operativos para los medios de comunicación. En ellos incluso viajan menores de edad sin su correspondiente autorización de viaje, dando lugar a la posibilidad de trata y tráfico.
No se verifica la calidad de los vehículos o si por lo menos llevan botiquines. Una vez en el camino, los vehículos imprimen altas velocidades y esa es una de las causas para los accidentes. Las estadísticas señalan que la tasa más alta de siniestros está, precisamente, en el camino Potosí-Sucre pero ese es un tema que merece comentario aparte.
Las versiones policiales responsabilizan de lo sucedido a los conductores pero no se habla de la responsabilidad que tienen la institución del orden, las alcaldías, las gobernaciones y el nivel central, al menos en lo que toca al control, que debiera ser permanente y dotado de los instrumentos necesarios