Ni gigantes ni enanos, sólo liliputienses

02/08/2018
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La obra escrita por Jonathan Swift (Los viajes de Gulibert – 1726) describe a los liliputienses como seres de pequeña estatura, extremadamente arrogantes y prepotentes, hipócritas, celosos, envidiosos, llenos de ira e ingratitud por esas características que son plenamente humanas.

Lo mismo pasa con nuestros eternos “analistas” económicos. Trataron de convencernos que los logros de la economía nacional estaba supeditada al boom de los precios internacionales de nuestras materias primas, sin embargo la economía nacional siguió ocupando el primer lugar entre los países sudamericanos en crecimiento económico, pero la arrogancia y prepotencia de estos llegó a querer desvirtuar al Producto Interno Bruto (PIB) como medida de crecimiento económico, pese a que los organismos internacionales siguen considerando esta como una medida que refleja el desempeño de la economía.

Ya que no pueden convencer a la ciudadanía de sus criterios económicos, ahora se dedican a difundir que los logros económicos de Bolivia son mediocres, nos indican que nuestro crecimiento económico (5% en promedio de los últimos 5 años), no es nada admirable comparado con Panamá (5,36%), Corea y Hong Kong.

Nos indican que nuestros ingresos per cápita que llega a $us 3.130, (en el año 2000 era un poco más de $ 100), es muy enano comparado con los ingresos de la República Popular de China ($us 8.690) y de Botsuana ($us 6.820, al igual que la mayoría de los lectores lo primero que se me vino a la mente era “sabe Dios” donde quedara ese país), se sienten realizados cuando organismos internacionales critican algunos datos sociales (este último sobre la informalidad del empleo).

Tratan de darse de muy intelectuales al criticar el modelo económico, sin acordarse que cuando eran parte de los gobiernos anteriores sus planteamientos teóricos nunca dieron resultados positivos, en las cátedras impartidas en universidades estatales y privadas son los primeros en “enseñar” que los profesionales no deberíamos formarnos para ser empleados públicos y/o privados, que deberíamos ser los promotores de iniciativas productivas, cuando ellos nunca tuvieron ninguna iniciativa y solo se dedican a repetir en sus clases teorías económicas, pretendiendo “aplicarlas” a la realidad nacional.

Adoptan recetas económicas, respecto a la industrialización del país olvidando la realidad internacional, se rasgan las vestiduras al indicar que un tipo de cambio estable es perjudicial para las exportaciones, ni qué decir de la política crediticia del país, que en anteriores gobiernos eran utilizados en gasto corriente, sobre todo en sueldos y salarios de los empleados públicos; tratan maliciosamente de comparar el rumbo de nuestra economía con la de Venezuela ignorando que por ejemplo en Brasil y Argentina el retorno de la economía neoliberal solo aumenta las estadísticas de pobreza, delincuencia y sobre todo recesión económica.

Estos liliputienses que solo buscan desprestigiar los alcances de la economía nacional, están perdiendo su oportunidad histórica de ser parte integrante del desarrollo de un modelo económico nacional diseñado por bolivianos para los bolivianos, ya que la crítica intelectual constructiva (sin olvidar sus principios profesionales e ideología) generaría un mejor desarrollo teórico y práctico de nuestra economía.

 

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