Juan Rimsa y la Fundación Simón I. Patiño

05/12/2018
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Ha sido sin duda alguna un acierto de la Fundación Simón I. Patiño construir un nuevo edificio, un espacio cultural que, además, ha sido inaugurado el pasado 29 de noviembre en la ciudad de La Paz, en el barrio de Sopocachi, con una extraordinaria exposición del pintor Juan Rimsa.

Alrededor de 80 cuadros fueron expuestos y permanecerán allá durante algunos meses y existe la posibilidad de trasladarlos a Santa Cruz para otra exposición itinerante y también, aunque muy remota, a Sucre, para lo que sería bien que autoridades departamentales, municipales y universitarias hagan un esfuerzo para hacerla realidad.

Las obras pertenecen a diferentes museos, a colecciones públicas y a coleccionistas privados que las han prestado para hacer posible un objetivo resultante de un acuerdo estratégico con la Fundación del Banco Central de Bolivia. Como en todo, el éxito se debe a un trabajo de equipo, pero sería injusto no mencionar específicamente a María Isabel Álvarez Plata, profunda conocedora de la obra del eximio pintor y curadora no solamente de la exposición, sino del catálogo que permitirá conservar la historia de esta singular actividad cultural.

Juan Rimsa (1903-1978) nació en Lituania, estudió en su ciudad natal y también en Rusia, y, posteriormente, en la Escuela de Bellas Artes de Buenos Aires. Se nacionalizó en Bolivia donde vivió entre 1935 y 1950. Como lo afirman los críticos bolivianos, existe un antes y un después de la llegada de este maestro europeo, maestro de maestros. Dejó discípulos en Sucre y La Paz, que se destacaron en el ámbito internacional.

Este viajero incesante también vivió en Brasil y finalmente en California, lugar donde pasó sus últimos años. Obviamente, dejó su huella convertida en grandes obras en todos los lugares por donde pasó. En Sucre ocupó un lugar privilegiado, fue declarado Profesor Honoris Causa de la Universidad San Francisco Xavier y el Gobierno boliviano le otorgó la condecoración del Cóndor de los Andes por sus méritos en el desarrollo de la cultura boliviana.

El crítico e investigador de arte Harold Suárez, en una reseña publicada en un suplemento cultural del periódico La Prensa el 9 de enero de 2011, sintetiza la obra de Rimsa reflejando una realidad tan acertada difícil de mejorar cuando expresa: “dueño de una paleta expresionista, aplicaba una pincelada elegante, larga, gruesa, de fuertes y brillantes contrastes cromáticos y con las texturas propias del rico empaste utilizado. Todo ello resuelto con un uso magistral del claroscuro. Por lo general, cada cuadro de Rimsa nos brinda la impresión de tener enfrente una especie de reflector, que crea en ellos un efecto de portentosa luminosidad”

La Fundación Simón I. Patiño ha tenido un extraordinario acierto al inaugurar su espacio cultural con la exposición de las obras de este insigne artista, actividad además enriquecida con una hermosa velada musical.

La Paz y obviamente todo el país, han recibido esta contribución al arte como un regalo excepcional a la actividad cultural boliviana.

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