Si juegan con fuego…

EL TEJO 17/12/2018
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Cuando se juega con fuego, quienes lo hacen y quienes los rodean pueden terminar quemados. Lamentablemente, pese a que esto se sabe, hay gente que sigue jugando con fuego. Peor aún, juegan pese a que ya han comenzado a quemarse.

Obviamente, hacemos referencia a las autoridades del gobierno y dirigentes del MAS que ya no pueden esconder su terror ante la pérdida de apoyo popular, su naufragio en las mieles del poder y al haber sucumbido ante la corrupción, y como consecuencia, observar la proximidad del fin de su gestión.

Quienes ya tenemos algunos años o nos gusta revisar el pasado, podemos encontrar muchas similitudes en nuestra historia (con obvios e importantes matices) respecto a cuán difícil es abandonar el poder por la puerta ancha y cómo se buscan estrategias y pretextos para mantenerse en él a como dé lugar. Pero, cumplido el ciclo, es cuestión de menos o más tiempo para el cambio.

Un importante atizador del fuego es la mentira, que tiene como base creer que la gente es tonta. Autoridades y dirigentes del MAS mienten y mienten en cada declaración que hacen, en los mensajes que lanzan sus “escribidores” y en los memes que diseñan sus asesores. Algunos, los que son sus adeptos, probablemente creen algo, el resto no, y así siguen perdiendo militancia y simpatizantes.

Otro, recurrir a la violencia tanto abierta como, en las actuales circunstancias, a través de infiltrados y, al parecer, con apoyo policial. Esto enoja e irrita a la gente, incluso a la más inocente que podría creer en la declaración oficial si no hubiera descubierto tanta mentira. Es el caso de los sucesos violentos de Santa Cruz, donde parecería que algunos funcionarios creían que podrían reeditar el caso Rozsa, y así les ha ido. Con una agravante: la gente, que normalmente prefiere vivir en paz, comienza a pensar en cómo responder a esta violencia.

Cerrar los canales democráticos de participación es una especie de gasolina de alto octanaje. Con la inscripción del binomio Morales/García para la re-re-re-repostulación, expresamente prohibida por la Constitución Política del Estado (CPE), el MAS ha abierto el camino al caos institucional y de la misma manera en que ellos han decidido violarla, otros también lo podrían hacer. Así, el gran esfuerzo que hicimos en el país para construir una institucionalidad democrática, el MAS, sin mucho esfuerzo, pero con mucho dinero, se ha encargado de destruir para que nuevamente reine la ley de la selva que, por el culto a la personalidad vigente y el autoritarismo, se traduce en la aplicación de lo que dice el conductor de turno y sus adláteres en todos los ámbitos de la vida nacional.

En ese escenario de pirómanos en derrota, y actuando como oficioso bombero, sugiero que si hubiera en su entorno alguien leal al Presidente del Estado y pensara en su legado histórico, le debería aconsejar que dé un paso al costado y asuma el desafío de garantizar una limpia elección. Esto exige, sin duda, internamente, crear un sucesor que podría obtener buenos resultados electorales que le permitan contar con una buena presencia en la Asamblea Legislativa, y conformar un equipo de personas que no piensen en sus intereses a corto plazo y que le permitan presentar a la ciudadanía un remozado programa de gobierno.

Externamente, conformar un órgano electoral independiente, con personalidades respetables que garanticen la realización de elecciones transparentes, y controlar a sus seguidores violentos para evitar confrontaciones innecesarias.

Por último, pero tan importante como las acciones señaladas, administrar correctamente el Estado en el tiempo que resta.

Sólo así, insisto, Evo Morales podrá salir del poder con dignidad. De otra manera, será, no más, el sepulturero de un proyecto que pudo extenderse en el tiempo, pero que fue liquidado por la ambición incontrolable, corriendo incluso el peligro de quemarse, de gozar sine die del poder.

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