Escuchar y actuar

23/02/2019
PUBLICITE AQUÍ

Las autoridades deben aprender a escuchar y actuar porque está visto que eso produce buenos resultados. Pero el aprendizaje debe servir también para los medios de comunicación social que, más allá del chauvinismo sobre dónde nació o vivió una celebridad, tienen que abrir sus ojos para ver que hay realidades igualmente importantes que las políticas.

La controversia sobre el lugar donde deberían reposar los restos del escritor Carlos Medinaceli involucró necesariamente a Sucre y Potosí debido a que ambas ciudades están indisolublemente unidas a la vida del autor de “La Chaskañawi”. La capital es, por lo menos desde el punto de vista legal, su lugar de nacimiento mientras que la Villa Imperial fue su tierra de adopción.

Sin embargo, a poco menos de un mes de que la revista Ecos, que circula con este diario, publicara la noticia de que su tumba había sido encontrada, los restos ya están en Potosí. Lo que ocurrió es que mientras en Sucre se divagaba sobre el tema, una autoridad potosina —el gobernador— ya estaba trabajando en hacer realidad la propuesta.

Lo que vimos, entonces, es la enorme importancia de escuchar y actuar que la mayoría de nuestras autoridades parece haber olvidado.

Hoy en día, las autoridades solo prestan atención a las críticas y, por tanto, están prestas a responderlas. Por eso es que tenemos tanta polémica en los medios de comunicación social. No reaccionan de igual forma cuando se lanzan propuestas porque, en estos casos, se limitan a ignorarlas.

Escuchar no cuesta nada. Se puede acoger una propuesta y no necesariamente llevarla a cabo pero por lo menos ya se les habrá brindado atención a aquellas personas que se tomaron la molestia de formularlas. Nuestras instituciones públicas, fundamentalmente las alcaldías, reciben periódicamente varias propuestas de ciudadanos interesados en aportar a sus municipios pero la mayoría de esos papeles van a parar al canasto o simplemente se extravían. El o las personas que hicieron la propuesta se desilusionan y prefieren no volver a hacerlo.

Pero la diferencia se marca realmente cuando, además de escuchar, las autoridades actúan y convierten en realidad la propuesta de los ciudadanos que, en definitiva son los votantes. Se produce, entonces, una interacción de la que salen ganando todos. Eso fue lo que sucedió en Potosí: el gobernador no solo escuchó la propuesta, planteada a partir de la publicación en Ecos, sino que también decidió ejecutarla y ahí están los resultados.

Seguir discutiendo sobre el origen de Carlos Medinaceli, e incluso de su madre, Carmen Quintana, de la que también se dijo que era de Sucre y, además, tuvo su casa en la calle Junín de esta ciudad, ya resulta inútil a estas alturas. Habrá que recordar que, más allá del cariño que todos tenemos al lugar en el que nacimos o donde desarrollamos nuestra principal actividad, todos somos bolivianos y, a partir de esa realidad, no se puede hablar de límites internos.

Hay que recoger las lecciones de esta experiencia. Las autoridades deben aprender a escuchar y actuar porque está visto que eso produce buenos resultados. Pero el aprendizaje debe servir también para los medios de comunicación social que, más allá del chauvinismo sobre dónde nació o vivió una celebridad, tienen que abrir sus ojos para ver que hay realidades igualmente importantes que las políticas.

Carlos Medinaceli Quintana no solo fue el autor de “La Chaskañawi” sino, fundamentalmente, el escritor que transformó la literatura boliviana del periodo republicano. Hasta antes de él, la literatura estaba dominada por el clasicismo y el romanticismo. Sus obras introdujeron a las letras nacionales al modernismo pero, además, a una visión mestiza de la realidad boliviana que nadie se había atrevido a proyectar hasta entonces. Había autores indigenistas pero pocos asumieron, como él, el fenómeno del cholaje.

Ahí radica, en pocas palabras, la importancia del personaje cuya vigencia se reactualizó en estos días.

Compartir:
Más artículos del autor


Lo más leido

1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
Suplementos


    ECOS


    Péndulo Político


    Mi Doctor