Rompiendo el consenso internacional

27/03/2019
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El presidente de EEUU, Donald Trump, este lunes 25 de marzo del 2018 rompió nuevamente el consenso internacional al reconocer oficialmente la soberanía de Israel sobre los ocupados Altos del Golán, un gesto que justificó por la "agresión" de Irán y que cobró un tono político, dada la cercanía de las elecciones israelíes. Más de un año después de proclamar que considera a Jerusalén la capital de Israel, Trump sacudió otro pilar tradicional de la política estadounidense en Oriente Próximo al convertir a Estados Unidos en el primer país del mundo que reconoce la soberanía de Israel sobre los estratégicos Altos del Golán sirios, ocupados desde 1967.

Junto al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y vestidos llamativamente los dos con la corbata roja que Trump reserva para sus actos más políticos, el presidente firmó un decreto por el que "Estados Unidos reconoce que los Altos del Golán son parte del Estado de Israel".

Los actos agresivos de Irán y de grupos terroristas, incluida (la milicia chií libanesa) Hizbulá, en el sur de Siria, convierten a los Altos del Golán en una plataforma potencial para lanzar ataques a Israel, escribió Trump en su decreto.

La medida entra en conflicto con la resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU, que después de la guerra de 1967 instó a Israel a retirarse de los territorios ocupados en ese conflicto, incluido el Golán, situado en la frontera entre Siria, el Líbano, Israel y Jordania. Además, podría erosionar la credibilidad del argumento de Estados Unidos de que Rusia se anexionó ilegalmente la península ucraniana de Crimea en 2014, dado que Israel hizo lo mismo en 1981 con el Golán ante el rechazo generalizado de la comunidad internacional.

Siria tachó el anuncio de Trump de "violación de la soberanía y la unidad del territorio sirio", y potencias como Rusia, China, el Reino Unido o Turquía mostraron su desacuerdo con ese gesto. Muchos analistas interpretaron la decisión de Trump como un espaldarazo a Netanyahu, que visitó la Casa Blanca dos semanas antes de jugarse el cargo en unas disputadas elecciones, y volvió a Israel con una prueba clara de su afinidad con el presidente de EEUU.

Netanyahu expresó que “Israel nunca ha tenido un mejor amigo que usted”, al dirigirse a Trump, y calificó el día como verdaderamente histórico. El primer ministro israelí concurre a los comicios tocado por una acusación en su contra en tres casos de corrupción, y el hecho de que Trump le recibiera tan cerca de las elecciones contrasta con la decisión de su predecesor, Barack Obama, de no reunirse con él en 2015, cuando también visitó Washington en plena campaña electoral.

Netanyahu defendió que el pueblo judío tiene raíces en el Golán desde hace miles de años, e insistió en que nunca ha habido un vínculo tan grande como el que él comparte con Trump.

La medida estadounidense promete enturbiar las aguas antes de que la Casa Blanca presente, probablemente después de las elecciones en Israel, su plan de paz para israelíes y palestinos, redactado por el yerno de Trump, Jared Kushner. Cualquier acuerdo de paz debe reconocer la necesidad de Israel de defenderse de Siria y de otros, expresó Trump.

Se espera que el plan de Kushner aborde los temas más espinosos en el conflicto, incluido el establecimiento de fronteras, pero su futuro es incierto, porque los palestinos se han negado a negociar con Washington después de su reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel.

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