Todo se ve mal, huele mal, vivimos tiempos de obscuridad y confusión, de inversión de valores, de desorden, mentira y corrupción. Así son los tiempos finales, siempre extremos, negativos, dañinos, enfermizos, decadentes. Por algo será. No existen las casualidades, todo efecto tiene una causa.
Cuando nos detenemos a observar con ojo avizor la Naturaleza con su malestar ambiental; la realidad local desesperante por su parálisis; la realidad nacional para llorar; y si vamos al mundo entero, encontramos la Caja de Pandora. Hasta la religión parece manchada por los vicios y los escándalos…
Cómo es que nos hemos mantenido en la ceguera y el sueño hipnótico, frente a una realidad que por siglos y generaciones, ha estado en manos de dos poderes opresores –que nosotros mismos hemos alimentado– los que crean y administran el dinero, y los gobiernos que han legislado para favorecer esos intereses, y todavía nos han hecho creer que luchan contra la pobreza, contra la corrupción, que fomentan la educación, salud y seguridad de los habitantes, cuando en realidad hacen todo lo contrario, solo sirven al satánico contubernio del poder.
El mundo va a empezar a informarse de la verdad muy pronto, serán desclasificadas muchas tramas obscuras y saldrán a la luz hechos deplorables de nivel internacional que involucran a personajes políticos de todo el mundo, donde nuestro patio tampoco está sin manchas. Hechos económicos, sociales y científicos informan que más de 6.000 patentes han sido mantenidas en secreto, inventos que curan casi todas las enfermedades existentes, así como nuevas tecnologías que aseguran fuentes de energía al alcance de todo el mundo y otras que pueden hacer de la vida humana más simple, segura y equilibrada.
Serán revelados hechos increíbles, como la verdad sobre el “Titanic”, la muerte del Presidente Kennedy, las “Torres Gemelas” y todas las guerras que fueron solo actos de falsa bandera. Que la Reserva Federal, es decir el Banco Central Norteamericano, y todos los bancos centrales del mundo emisores de moneda, son de propiedad privada; y, que todas las políticas e ideologías obedecen a ese poder en la sombra. Es increíble…
Cuando la humanidad despierte de esta horrible pesadilla, y deje de ser multitud abigarrada, engañada y humillada, como ya está pasando en EE.UU. y Europa, será necesario mantener la serenidad, porque una pirámide de población invertida, puede llevar a grandes catástrofes sociales, sobre todo en pueblos que son rebaños humanos torpes y manipulados por pastores irresponsables y corruptos.
Ante nuestros ojos está un mundo desorganizado, tan diferente al sencillo de nuestros padres… Nuestra generación, encuentra ya dificultades para comprender algunos de estos elementos de Inteligencia Artificial: telemática, microelectrónica, robótica, moneda electrónica y la lógica que rige ese complejo mundo, cuya comprensión solo es posible con la ayuda de la exopolítica y otras máquinas. El funcionamiento de la nueva sociedad es inseparable de la extensa red de ordenadores cuánticos, sin los cuales seriamos incapaces de traducir y utilizar millones de invisibles jeroglíficos que con vertiginosa velocidad condicionan el quehacer y traducen pensamiento y ADN individual, y colectivo para la toma de decisiones sociales y, no es que los riesgos están multiplicando, sino que ya dan vértigo.
Contra este mundo de incertidumbre, materialismo e incomprensión, donde libertad, paz y justicia; valores humanos y derechos individuales, no son tema de interés porque están mezclados en la vorágine del hedonismo, la ignorancia y el egoísmo; cuando el hombre se ha convertido en un ser famélico de poder, dinero y placer; un extraviado, alejado de su Ser Integral y Creador. Es necesario recuperar la consciencia, desterrando culpas porque no hay culpables; levantándonos siempre de las caídas; practicando el perdón; y solo agradeciendo a Dios por permitirnos habitar este Sagrado suelo.