La lectura nos abre las puertas hacia la realidad, hacia el mundo, nos abre nuevos escenarios de trabajo, tanto para nuestra actualización, para la profundización de los conocimientos y para la producción de conocimientos reflexivos, por lo tanto, trabajar la lectura crítica y reflexiva constituye el pendiente que debemos encarar.
En ese camino establecemos que hay lecturas en la vida, paralelamente a los hechos y fenómenos sociales y humanos que transcurren; así también hay lecturas con la vida tanto en el pasado, en el presente y las perspectivas del futuro, sus beneficios y sus significados.
El mundo de hoy se encuentra en permanente cambio gracias al desarrollo de las tecnologías de las comunicaciones, día a día se generan informaciones, opiniones, comentarios y análisis sobre hechos, fenómenos, descubrimientos, en fin, lo que sucede en distintos escenarios de la vida de la humanidad, de la madre tierra y del cosmos.
En este escenario, cada ser humano tiene distintos tipos de reacciones, unos toman partido y se posicionan al lado de un determinado criterio, otros en la oposición y muchos en la indiferencia que en su momento gravitará a favor del criterio de quien tenga mayor apoyo y publicidad.
Un claro ejemplo de este proceso constituyen los avances científicos que hoy en día se hacen en relación a la cura de algunas enfermedades que hace algún tiempo eran inesperadas y causaban la mortalidad. Frente a esta situación existe una población que hace seguimiento a estos avances y puede utilizar esa información para generar reflexión y apoyar a la humanidad, sin embargo, también debemos mencionar que otro grupo de personas no realizan el seguimiento correspondiente, utilizan la información última como noticia sensacional, sin seguimiento, sin acompañamiento, por lo que esta información parcial, antes de colaborar con la humanidad, desinforma, causando rechazo, resistencia o simple aceptación sin previa consulta.
Aspectos como el descrito, se presentan en distintos ámbitos de la vida de la humanidad y de la madre tierra, grupos de personas que están informados y realizan seguimiento al proceso de algún fenómeno o hecho y que en base a la lectura crítica y reflexiva de textos presentados en distintos formatos asumen un posicionamiento. Y otros grupos de personas, que no leen, que no realizan ningún seguimiento, a los que llega ya la consecuencia y generalmente no por la mejor vía, sino por el comentario y el “dice”, entonces amplifica esta información en su entorno inmediato, causando confusión, malentendido, interés sesgado y otras consecuencias que no siempre son las beneficiosas.
Durante años la educación ha utilizado materiales de lectura de diversos textos, lo cual ha permitido desarrollar el pensamiento divergente, comprender la complejidad humana, descubrir las facetas humanas en distintos ambientes geográficos y culturales, estudiar y asimilar la diversidad humana en sus intereses y en sus prácticas cotidianas.
La lectura crítica y reflexiva es un reto a trabajar en los procesos educativos y encararlo de manera inmediata con la gradualidad en cada año de escolaridad, caso contrario corremos el riesgo de ser engañados con información sesgada e intencionada.