Pasó otro 25 de Mayo sin pena ni gloria. Discursos proselitistas, entrega de obras, como escuelas reconstruidas y otras relacionadas con las obligaciones propias de los gobiernos departamental y municipal. También se escucharon discursos emotivos en los lugares de los actos oficiales.
Pero hay algo importante. El anuncio de que los actos centrales del Bicentenario, como corresponde, se llevarán a cabo en nuestra ciudad por un motivo tan simple como el hecho de que aquí nació la Patria. Esa declaración debería estar respaldada por un compromiso oficial y escrito porque todos sabemos lo que puede pasar. Debería ser la primera acción para iniciar con seriedad un plan que corresponda a un acontecimiento como el que se avecina y para el que faltan seis años y algo más de dos meses.
Por otra parte, se recuerda que se conformó un Comité del Bicentenario del que nada se ha oído últimamente. Este Comité deberá planificar y sugerir las acciones y proyectos pero solo los trámites que se efectúen por medio de los legisladores y las autoridades departamentales, incluidas las cívicas si todavía existen, tendrán resultado efectivo, siempre y cuando se haga causa común.
Ojalá no llegue el 6 de agosto del 2025 y se tenga que improvisar “entregas”. Las obras nacionales como el asfaltado de la carretera El Salto-Monteagudo, la implementación del aeropuerto Alcantarí y la doble vía no pueden ser consideradas obras estrellas para el Bicentenario porque corresponden al desarrollo normal de la ciudad. Debe buscarse un proyecto que beneficie a toda la población, que genere ingresos de beneficio colectivo y que consolide el título patrimonial de la ciudad.
Y como esta columna nunca ha tenido por objetivo criticar sin sugerir, reiteramos lo dicho hace ya mucho tiempo relacionado con el turismo que es el futuro de nuestra región, que beneficiará también a las provincias porque en Chuquisaca hay mucho que mostrar, empezando por la Villa de Tarabuco.
La idea consiste en concentrar las actividades militares en el ex aeropuerto Juana Azurduy de Padilla que actualmente no sirve para nada. Trasladar el Liceo Militar a esa zona permitiría convertir La Florida, La Glorieta y el Centro de Convenciones en un centro turístico y en un Parque del Bicentenario monumental, en lugar del actual que tiene esa denominación y que es una vergüenza, como es el Castillo de la Glorieta que recibe turistas que no tienen nada que admirar. Sucre es la ciudad de los museos y toda esa infraestructura es ideal para el objeto que se propone. Una concentración histórica y cultural en la mejor zona de la ciudad, con una doble vía hacia Yotala contribuiría definitivamente a mejorar los ingresos económicos de la región, no solamente por el turismo, sino para las actividades que se puedan programar en el Centro de Convenciones para cumplir con las razones por las que fue proyectado lo que, además, permitiría recuperar aunque sea en parte nuestra condición de Capital. En síntesis, un área verde que se podría recorrer, inclusive, en un trencito similar al existente cuando los palacetes fueron construidos. Esta idea no afecta negativamente a nadie, se beneficia Yotala y se crearía una infraestructura adecuada para los militares. Habría que aprovechar ahora que el Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas es chuquisaqueño.
Paralelamente, es absolutamente indispensable restaurar el centro histórico tomando en cuenta todo lo pendiente: cables, aceras, ocupación de espacio público, blanqueo de fachadas, sustitución de calamina por tejas, etc.etc. Un proyecto serio con un crédito respaldado por contraparte regional, puede convertir un sueño en realidad.
Falta poco tiempo para un proyecto ambicioso como el que se plantea, pero lo primero que se debe hacer es sustituir el discurso por la acción. Bien decía el escritor mexicano Héctor Tassinari: “Dios no te hubiera dado la capacidad de soñar, sin darte también la posibilidad de convertir tus sueños en realidad”.
