Encuesta y medias verdades

Wim Kamerbeek Romero 06/06/2019
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Correo del Sur ha publicado una encuesta hace tres días sobre probables candidatos a la Alcaldía de Sucre, y más de uno, en oposición y oficialismo, han recibido con demasiado entusiasmo las "buenas nuevas". Pero hay otro tipo de criterios que revelan los datos de la encuesta lanzada por Correo del Sur respecto a la preferencia de probables candidatos a la Alcaldía de Sucre que no son tan lineales como para alegrarse por ciertos porcentajes a favor:

1) Una conclusión demasiado apresurada dice que el actual alcalde y un diputado "competirían" en elecciones con 20% y 26%. El alcalde tiene una desaprobación de 64% en abril de 2018 y de 80% en abril de 2019 (según Ipsos para RTP) y nada dice, por las constantes denuncias respecto a nepotismo y/o corrupción en su contra, que este porcentaje se haya mantenido ni que vaya a mejorar.

2) En la encuesta, 7 de las 9 opciones son autoridades actualmente, mientras que las otras 2 son exautoridades. Aquí hay un sesgo: probablemente, el encuestado esté tomando en cuenta una (des)aprobación a la gestión de cualquiera de las opciones, y no tanto su potencial como candidato. En otras palabras, ¿cuáles son los criterios para elegir al azar a estos nombres? ¿Que son "conocidos" por ser autoridades? Desde este punto de vista, la encuesta no parece una real "intención de voto", sino una encuesta de "qué tan conocidos son estos personajes".

3) 1 de las 9 opciones ha dicho públicamente que le preocupan los altos porcentajes de "otros" (en el caso del oficialismo, la opción "otros" representa el 59%, en el caso de la oposición, 44%), y algún periodista ha dicho que estos porcentajes representan a los "indecisos". Más el primero que el segundo tiene razón: el porcentaje "otros" no representa a los indecisos, puede representar o que una encuesta a 9 meses de la elección se enfrenta a que la sociedad no estaría lo suficientemente movilizada (es que no conoce las opciones que están en juego) o que hay una "apatía política", por esto de que las opciones son individuos que son, al mismo tiempo, autoridades. De cualquier forma, el alto número de "otros" no debería significar una victoria para nadie: es igual a asumir que hay un "voto duro" o "establecido" cuando al electorado le interesa parcialmente las elecciones subnacionales. "Cantar victoria" ("estoy encabezando las encuestas") es igual a pegarse un tiro al pie.

4) 1 de las 9 opciones ha hecho público un lanzamiento a la Alcaldía de Sucre y a pesar de eso, tiene 26%. Las autoridades en el Concejo tienen 8% y, alguien que no ha hablado siquiera de ser candidato no que aparecía en encuestas, también del Concejo, tiene 12%. Curiosamente, el de 26% se mueve en la gestión pública hace más de una década, mientras que los concejales son autoridades electas hace 4 años. Aquí, entra de nuevo el tema de ser autoridades y al mismo tiempo, probables candidatos, pero en realidad, no es favorable para el de 26% porque, en realidad, a pesar de los números y discursos grandilocuentes, su desaprobación está alrededor del 74%. La experiencia de Carlos Mesa debería servir de lección: empezar arriba en las encuestas de intención de voto es generalmente contraproducente y poco sostenible, una campaña debe apuntar a un margen de crecimiento. 

5) La ficha técnica habla de 500 encuestas en los 5 distritos urbanos. De ser así, equipara el tamaño del distrito 1 (centro de Sucre) con, por ejemplo, el más grande (distrito 2) o el distrito 3 (que no es del todo urbano). En todo caso, hablamos de distritos grandes donde el voto popular incide y, tal como dicen las encuestas, ni una de las opciones mayoritarias apuntan a conquistar uno de estos distritos: un alcalde desgastado versus un diputado demasiado representativo del distrito 1. En suma, el voto popular disidente del MAS va a definir mucho más de lo que imaginamos, y ese voto no parece que pueda ir a alguna de las opciones mayoritarias (las de 20% y 26%).

6) El problema de combinar autoridades con probables candidaturas es riesgoso, el eventual votante confunde representación política con programa político. En realidad, es típico de encuestas demasiado anticipadas que el electorado no crea en el estado, y peor en una coyuntura como la sucrense (crisis, etc).

7) Es probable que el interés en candidaturas del electorado sucrense esté más condicionado por lo que vaya a pasar en las elecciones nacionales. Basándonos en que la proporción del electorado de la ciudad de Sucre es mayoritario respecto a las provincias de Chuquisaca (hablamos de 59,13% que representa solo el municipio de Sucre en relación a Chuquisaca) y que las encuestas de intención de voto para las elecciones nacionales dan una victoria a la oposición, pensemos lo siguiente: en el caso de una victoria de Evo Morales, el electorado estaría más que movilizado para una opción de oposición en el plano subnacional, pero probablemente el tema racional pese más que lo emocional, porque, como dice Mayorga que critico tanto, el electorado boliviano es mucho más moderado de lo que imaginamos.

En conclusión, no hay que apresurarse en leer encuestas y, en realidad, el encuestador debe mejorar la metodología. Como se ve, no se critican los resultados y tampoco se los desecha por "falsos" sino el cómo.

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