Estos problemas mundiales delicados tienen mucho que ver con los intereses políticos nacionales. Y el soberano gobierno plurinacional de Bolivia –tan crítico del Imperio– jamás ha explicado las relaciones con ese “estado profundo” cuyo poder ha gobernado el mundo por siglos, y ha tenido el manejo de los bancos centrales, el tráfico y comercio de drogas, y la manipulación tecnológica de los procesos electorales, a través de infiltrados como la “Fundación Open Society” de George Soros, vinculada a personeros del gobierno actual, y seguramente a otros gobiernos pasados.
Entrando en materia, el reseteo monetario es un tema que poca gente conoce en el mundo, es un proceso que está en marcha actualmente. El mundo está regido por la economía que es basada en la deuda y para que funcione es necesario endeudarse y, como consecuencia, trabajar para pagar las obligaciones; pero hay alguien que gana de ello y provee los medios.
Esos proveedores del dinero son los bancos centrales (privados) que crean la moneda para sostener la economía nacional, pero esa moneda tiene que tener un valor para poder ser usada en mercado, ese poder le dan los gobiernos estableciendo normas de seguridad que le permiten ser aceptado por la ciudadanía. Su respaldo duro, real, son los metales preciosos especialmente el oro y la plata, que rige el sistema monetario mundial. Cuando esta regla no se cumple como ocurre en la actualidad, los bancos centrales hacen el “milagro” de crear el dinero bancario.
En el pasado, la moneda era directamente monedas de oro; posteriormente fue el papel moneda, es decir billetes con respaldo equivalente en oro; por tanto, la emisión monetaria estaba limitada a la cantidad del oro existente en las bóvedas de los bancos. Esta historia de la banca es para la anécdota. Es la historia de la sustitución de los piratas que asaltaban los barcos en los mares de la época mercantil, por asaltantes actuales de cuello blanco que se apropian del oro de los bancos, a cambio de papel impreso sin valor y forman parte de una élite mundial en complicidad con las clases políticas gobernantes.
La crisis de nuestro tiempo arranca en 1971 en EEUU, cuando Nixon sustituyó las reservas de oro de Fort Knox por el valor del precio del petróleo de Arabia Saudita, y los demás países siguieron ese juego, aceptando el patrón dólar como universal y provocando una emisión descontrolada de dólares que han derivado en un endeudamiento mundial imposible de cubrir. Así surgen los llamados procesos inflacionarios y los conflictos por precios y salarios que obligan a sellar dinero sin límite, poniendo en circulación a través de créditos millonarios; y convirtiendo la economía en una danza macabra mundial, un juego de inflar y desinflar la moneda para beneficio de un poder en la sombra.
Así proceden a aumentar dinero circulante cuando escasea y recoger el dinero cuando inunda el mercado; la inflación se da cuando abunda el dinero y todo parece que va bien, hay empleo, beneficios, se provoca un fenómeno de expansión; pero cuando surge la deflación, ocurre la debacle, se reducen los gastos, se recortan los empleos, cae la producción y se genera una grave crisis…
El reseteo monetario en marcha pretende regularizar la situación económica mundial; consiste en volver de nuevo al patrón oro para respaldar las economías con activos duros. Son las razones por las cuales China, Rusia y otros países están comprando toneladas de estos metales preciosos para blindar sus economías ante el crash financiero que ya está sucediendo a alcance mundial. Los niveles de endeudamiento, son materialmente impagables ¬–y lo que es peor– por un dinero ilusorio, es decir, solo números en una pantalla de ordenador, semejante a como funciona en general el préstamo bancario. Y surge la pregunta: ¿Qué hará Bolivia frente a este problema que tenemos al frente?