Entre la mimesis y lo camaleónico fui recorriendo una serie de autores en el afán de intentar entender como muchas veces, bajo la excusa de ciencia e inclusive de justificación racional, se manejan argumentos nada racionalizados, por aquellos detentores de las nuevas áreas oscuras del llamado conocimiento científico, con los cuales se pretende justificar unas verdades, aparentemente sustentadas, en las nuevas idolatrías de la presumida posesión irrefutable.
Así pasa en los distintos campos de la ciencia, además de lo cotidiano, ya sea lo político, lo educativo, lo familiar, entre muchos otros.
La mimesis, si bien es un elemento interesante, desde una lectura antropológica de la mano de René Girard, podremos ver como desde allá se va a generar distinto tipo de actitudes, entre ellas la violencia manipulada desde lo sagrado o hecho sagrado en una racionalidad idolatrizada, postura que aparentemente hace que se muestren como benefactores y poseedores de una verdad irrefutable, desde la propuesta teórica que se maneje, de ahí la dificultad ético política de análisis y reflexión.
Lo camaleónico tiene que ver con el discurso academicista, el cual se basa muchas veces en la repetición irreflexiva de algunos autores o aparentes verdades que permiten cambiar de color de acuerdo a las potenciales propuestas de acomodo que me da la academia y la vida.
Esos elementos tienen que ver dentro de la cuéntica de la ciencia, con apropiaciones de autores, ya sea en el área de ciencias puras y/o sociales, en una repetición nada justificada de falacias que muestran la presencia de “salvadores” que no solo se consideran eternos, sino insustituibles para cargos o aparentes poderes, esos que además son anunciados como completamente irrefutables.
Dicha realidad crea a su entorno un séquito interesante que, simplemente desde los “habitus” mal manejados, propone una serie de derroteros de manera simplista y nada reflexiva, es ahí donde la ciencia y la racionalidad cae en medio de arlequines, los cuales van creando carpas de aparente conocimiento, sustentados en frases o aparente conocimiento biográfico de autores nada leídos ni de propuestas reflexionadas, para desde allá emitir juicios y prejuicios en los nuevos Olimpos creados a medida.
Es la nueva cultura de lo inmediato, donde no se debe ver a profundidad, se repiten palabras cual eco de afirmaciones sustentadas en visiones pseudo religiosas (entendido religioso desde su etimología: volver a unir o ligar), para desde allá confundir las falacias de la ciencia en los discursos y apropiaciones de simplistas, las cuales participan de discursos políticos no argumentados, aparentemente manejados desde una propuesta paradigmática (color de lentes) irrefutable.
Es en ese sentido que el manejo de la mimesis y lo camaleónico es una nueva fase de la realidad, esa que nos muestra la importancia de tener cuidado con el manejo de los datos convertidos en información, pues ellos nos llevan a la manipulación y la posibilidad de convertir a las aproximaciones académicas en “fake news”, las cuales a su vez crean espectros de tinte apocalíptico ya sea con propuestas milenaristas o centuristas.
En síntesis, las posturas camaleónicas mimetizadas por los adoradores de la pseudo racionalidad llevan a juicios muchas veces tajantes e irreflexivos en el ámbito del conocimiento, que lastimosamente van dañando la posibilidad de acceso a nuevas propuestas que cuestionen el falso orden establecido desde aproximaciones parcializadas, ahí se encuentran los grandes temas medioambientales y los temas que tienen que ver con lo cotidiano del ser humano.
