Tensión. Esa es la palabra que resume el sentimiento del pueblo boliviano hasta anoche. El plazo de 48 horas que había fijado el líder cruceño Luis Fernando Camacho para la renuncia del presidente Evo Morales puso al país en vilo porque nada ni nadie podían anticipar lo que sucedería.
Nadie escapó de esa sensación, ni siquiera el presidente Evo Morales que se presentó el domingo en una radioemisora de El Alto menos soberbio y comunicativo que otras veces. Quiso mostrar fortaleza, pero era obvio que estaba preocupado.
¿Cuál era la carta que Camacho tenía bajo la manga y le motivó a ponerle un plazo a un posible desenlace de la crisis? Esa era la pregunta que se hacían todos. El Gobierno, diestro para manejar las teorías conspirativas, no solo teorizó, sino que denunció un golpe de Estado. El ultimátum del líder cívico fue su principal argumento y así lo presentó en una sesión extraordinaria de la Organización de Estados Americanos.
Por eso es que la transmisión del denominado cabildo de la unidad, desarrollado anoche en Santa Cruz, fue probablemente la más vista hasta ahora. Los bolivianos querían saber qué era tan serio que daría lugar a la renuncia de un presidente que ha demostrado suficientemente que no se irá por las buenas.
Probablemente la idea era bajar la tensión. Quizás los cívicos cruceños entendieron que el cabildo debía ser un hito en la historia de Bolivia y, por ello, quisieron darle un sello regional. Se anunció a Camacho y todos pararon las orejas. No dijo nada que no conociéramos ni tampoco reveló nada. Se emocionó, y emocionó a muchas personas, cuando se despidió de su familia tras anunciar que este martes iría a La Paz. Su gran estrategia para lograr la renuncia de Evo Morales, que él prometió para anoche, se enfoca en un intento de asfixia económica al Gobierno central bloqueando a Santa Cruz y evitando el flujo de efectivo hacia el Órgano Ejecutivo.
Es obvio que Evo Morales no renunciará por eso y es lógico que las fuerzas de seguridad del Estado saldrán a defenderlas. Camacho les envió un mensaje directo: les dijo que, pasada la crisis, ellos mantendrían sus privilegios, pero se olvidó que él no puede cumplir esa promesa por la sencilla y llana razón de que no es gobierno.
El papel de las Fuerzas Armadas y la Policía sigue siendo una incógnita. Que no hayan actuado plenamente hasta ahora significa que tienen dudas respecto al alcance de la Constitución. El MAS lo sabe y ya ha movilizado a su gente, mientras las movilizaciones que buscan su renuncia no han parado. La Paz se inundará de gente hoy.
La tensión y expectativa aumentan. Esto apenas está comenzando.