Preparando la transición democrática...

ÁGORA REPUBLICANA Carlos Hugo Molina 05/11/2019
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El diagnóstico ya fue realizado y en este momento, ya se conoce el resultado del ultimátum de las 48 horas definido por el movimiento cívico. Durante este proceso, todos nos formamos un criterio y debimos hacer un esfuerzo para comprobar si estábamos viendo la misma película. Nuestra apuesta democrática es que esta crisis se resolverá con nuevas elecciones, de la que saldrá otro presidente. Para que no haya duda y los despistados queden tranquilos, el próximo presidente saldrá de las urnas, la única manera democrática. 

Veamos las 2 películas que tuvo la crisis. La que veía el Gobierno y la que asumió la ciudadanía. 

El Gobierno, en medio de contradicciones distractivas y secundarias, pero manteniendo el liderazgo único del presidente Morales, siguió negando, minimizando y desconociendo una vez más lo que ocurría en el territorio nacional. Banalizaron las acciones sociales, perdieron el libreto comunicacional, incurrieron en errores garrafales con los 2 fallecidos, ofrecieron cursos de movilización, propusieron cercar ciudades, demandaron volver a jugar futbol, anunciaron que el escenario ideal en el que ellos se mueven es el de la confrontación… Fue la misma situación vivida con el incendio en la Chiquitanía, negaron su dimensión y las consecuencias les pasaron facturas.

Y por el lado de la ciudadanía democrática, aún continúa en el trabajo inconcluso de construir un liderazgo concertado, trabajosamente labrando en todos los ámbitos, el político, el cívico, el social... todos legítimos. La ciudadanía cumplió ejemplarmente durante los días que alcanzó la crisis y ahora le corresponde a los líderes hacer la tarea para no repetir la dispersión. No necesitamos escuchar explicaciones y justificaciones. Al régimen, que no tuvo durante 14 años una oposición orgánica, de repente se le aparecen una segunda fuerza política y un movimiento cívico renovado que se atrevió a ponerle plazos…

En el momento que el conflicto escaló (y dejó de crecer y desarrollarse en márgenes manejables), se llegó a una situación extrema en la que los instrumentos internos del Gobierno podían ser rebasados y solo se podía mantener el orden con violencia y represión; en ese momento empezó a ser evidente la necesidad de identificar las condiciones para que las partes establezcan los términos de un diálogo, y no se tenga que llegar a situaciones de violencia mayor (Centroamérica, Colombia, con Acuerdos de Paz después de más de 40 años). 

Tendremos que reconocer también que como el incendio en la Chiquitanía generó consciencia ambiental, en este tiempo estamos desarrollando una maestría colectiva en ejercicio ciudadano y una recuperación plena de la voz y la cultura. En medio de la crisis, el pueblo cantó… Con los ojos de la OEA y la comunidad internacional sobre nosotros.

Cuando tengamos conciencia de la situación que estamos viviendo, tendremos que acudir a los instrumentos que ha construido la humanidad. La diplomacia, la negociación, la mediación, los buenos oficios, son los mecanismos No Violentos para resolver las guerras entre contendores, más allá de las palabras enrevesadas y los cócteles... La diplomacia, la discreción y la reserva se construyeron para la guerra.

La segunda etapa del proceso serán las elecciones regionales, por gobernaciones, municipios y autonomías indígenas y regionales. El poder territorial adquirirá una importancia fundamental que permitirá encausar la ciudadanía hacia el desarrollo sostenible, el progreso y la solidaridad. Actuaremos en ciudades intermedias, regiones metropolitanas y ciudades/estados. Iremos de manera natural hacia el federalismo, la restauración de la relación equilibrada entre regiones, campo-ciudad y la reconciliación de los bolivianos.

Y soy perfectamente consciente de los momentos que estamos viviendo.

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