El régimen democrático en Bolivia fue adoptado en la Constitución Política del Estado promulgada el 19 de noviembre de 1826, según la cual debe emanar del pueblo la elección de la persona destinada a ejercer la presidencia de la República. Pese a esa clara norma, predominó en todos los tiempos para llegar al poder político un procedimiento no previsto en la Constitución. La primera elección en que participaron los ciudadanos se produjo en 1835.
Esa primera elección fue convocada por el gobernante Andrés de Santa Cruz, nombrado presidente provisorio por el Congreso. Se presentó como candidato y ganó.
La segunda se realizó en 1844 a convocatoria de José Ballivián quien, habiendo llegado al poder político por la vía de golpe de Estado en 1841, fue declarado presidente provisorio por el Congreso. Convocó a elecciones y fue candidato.
La tercera tuvo lugar en 1850. Gobernaba Manuel Isidoro Belzu desde 1848 por golpe de Estado. Convocó a elecciones que las ganó.
Siempre hubo resistencia al régimen democrático. Se demuestra esa actitud con el gran número de gobernantes que llegaron al poder por la vía del golpe de Estado pero que, sin haber sido elegidos mediante voto popular, fueron reconocidos como presidentes constitucionales debido a resoluciones de asambleas, congresos o convenciones denominadas “Constituyentes”.
En ese ardid tienen origen los textos de la Constitución promulgados por José Miguel de Velasco en 1839, José Ballivián en 1843, José María de Achá en 1861, Mariano Melgarejo en 1868, Agustín Morales en 1871, Hilarión Daza en 1878, Narciso Campero en 1880, Germán Busch en 1938 y Gualberto Villarroel en 1945. También se beneficiaron con ese rango José Manuel Pando en 1899 y Bautista Saavedra en 1920.
Varios de esos presidentes convocaron a elecciones a fin de continuar en el poder en mérito al voto popular, presentándose como candidatos. Ellos fueron José María de Achá en 1862, Mariano Melgarejo dos veces en 1868 y en 1870, y Agustín Morales en 1872. Debido al valioso instrumento del poder, casi siempre fue difícil que un opositor gane a un presidente-candidato.
El año 1925 José Gabino Villanueva fue electo para suceder en el mando al presidente Bautista Saavedra. El Congreso anuló esas elecciones por no haber ese candidato renunciado previamente a su cargo de Ministro de Instrucción.