Hace tres años sigo el proceso de cambio que vive el mundo, que se acelera con la presidencia de Donald Trump en EEUU. Todas las propuestas antiglobalización, que propone la Alianza de la tierra, (Grupo BRICS y EEUU) a estas alturas de la guerra híbrida silenciosa, cuando se muestra un claro ganador de la contienda, emergen las armas más innobles y criminales que usa el desplazado poder del estado profundo, como la extinción biológica en masa del covid-19; el malestar y violencia social provocados ante el fracaso del arma anterior en EEUU y otros países; la propuesta del gran reseteo para desinformar y desvirtuar el plan Gesara de la alianza, cuyos objetivos alcanzan el sistema monetario entre otros; y finalmente, el plan de asalto con tiroteos en manifestaciones políticas de campaña en EEUU. Para responsabilizar y tratar de anular la candidatura de Trump. Vean la calidad de los amos centenarios de la humanidad y su desesperación por la derrota.
Esta claro que el mundo está polarizado en dos corrientes encontradas, la que ha gobernado por siglos, y ha logrado dividir el mundo entre pocos que se enriquecen sin medida, y multitudes que se empobrecen cada vez más en una pirámide de poder global injusto, dónde la cúpula ni siquiera era visible porque estaba dirigida por arcontes, que ahora parecen derrotados e inexistentes. Y la otra fuerza no piramidal que se muestra vigorosa y responde a los valores de una sociedad que busca la racionalidad, la libertad y la justicia. Se estima que solo un 15% de la población mundial está despierta y dueña de su destino y voluntad de lucha, mientras un 85% continúa desorientada, despistada, sujeta a la información de los medios de comunicación de propiedad del NOM, que están lejos de reflejar la realidad de lo que pasa en el mundo, sino solo sus intereses.
Latinoamérica, no obstante, los aventureros serviles del NOM, se muestra como el alma del mundo, porque además de ser depositaria de grandes culturas ancestrales, y víctima de la manipulación de sus organizaciones sociales, el año 2020 llega a su fin un ciclo cósmico, es decir el triunfo de la luz sobre la obscuridad de la noche galáctica; con él, el proceso de construcción de la nueva sociedad desde los cimientos. Los creadores de las ingentes deudas internacionales y nacionales mediante la emisión de dinero inorgánico, acabarán matándose entre ellos por la voracidad de su conducta, y como castigo a la explotación de las masas inocentes y, su hipócrita conducta con la humanidad.
Precisamente estos días son singulares por los fenómenos cósmicos que nos llegan, entre hoy y mañana, se produce un eclipse anular de Sol, que es mensajero del cambio y el nacimiento de un nuevo ciclo de paz, amor y esperanza. A la vez, le acompaña otro igualmente importante, el solsticio de invierno qué en el hemisferio Sur, representa la esperanza; mientras el de verano en el Norte es de la fructificación. Son las milenarias fiestas de San Juan, o Jano cuyas caras miran una al oriente y otra al occidente. Y llegados a este punto, es tiempo de preguntarse: ¿Porqué, estamos aquí? ¿De dónde venimos, y, adónde vamos?... ¡Y dando gracias al Creador por todo! Concluimos… Acabamos de descubrir qué en esta reencarnación, hemos elegido estar aquí y ahora, para ayudar a la gente a evolucionar para ascender a la quinta dimensión, es decir llegar a seres humanos galácticos… Vivamos como una sola conciencia, dividir es lo que se ha hecho siempre en política y religión. La nueva realidad es de crecimiento espiritual, de equilibrio, armonía y libertad. Debemos seguir la enseñanza de la naturaleza, que es la madre guía: El sol alumbra y calienta a todos por igual; como la tierra, el viento y la lluvia refrescan, fructifican, limpian y embellecen la naturaleza sin distinción… Igual debemos pensar, decir y hacer vidas de ayuda, solidaridad y organizar las ayudas para quiénes lo requieren en estos tiempos difíciles, hasta que llegue el nuevo equilibrio planetario. Meditemos por la paz y prosperidad del planeta.