Sucre, con el derecho que le corresponde, tiene que lograr que las celebraciones del Bicentenario se lleven a cabo en la Capital Constitucional del país, en la Casa de la Libertad, donde nació Bolivia.
No nos vaya a pasar lo mismo que en el Bicentenario del Primer Grito de Libertad en Hispanoamérica, cuando todo se limitó a actos protocolares casi intrascendentes, con excepción del organizado por la Sociedad Geográfica y de Historia Sucre, que tuvo lugar en el Salón Independencia de la Casa de la Libertad, en el que se presentó un hermoso Libro publicado por la Sociedad, con la colaboración financiera de la Universidad de San Francisco Xavier y la empresa privada.
Por supuesto que los actos de celebración son simplemente protocolares. Un Bicentenario de la importancia del que se avecina, tiene que quedar marcado en la historia con obras de verdadero impacto, como ha ocurrido en otros países que ya celebraron sus respectivos bicentenarios. Insólitamente, nosotros iniciamos el proceso independentista y fuimos los últimos en independizarnos.
El Comité Custodio del Patrimonio Arquitectónico, Histórico y Cultural, publicó una separata hace ya más de un año en CORREO DEL SUR, con ideas y proyectos importantes. Uno de ellos, resultante de una columna de opinión, se incorporó a las propuestas y el Comité le dio un lugar especial porque se trataba de un Parque del Bicentenario monumental. Gracias a la Universidad Católica de La Paz, a través del Instituto de Investigación sobre Asentamientos Humanos (IISAH) del Departamento de Arquitectura, se formó una comisión liderada por una arquitecta chuquisaqueña experta en patrimonio, e integrada por los mejores alumnos recién egresados, los que han hecho un trabajo extraordinario enriqueciendo el proyecto inicial, que ha sido ya presentado primero al Comité Custodio y después a la Sociedad Geográfica y de Historia Sucre, que organizó el Comité en el ya lejano año 2012, con la participación de las más importantes instituciones de la ciudad.
Fue muy bien recibido porque además de los palacetes de la Florida, la Glorieta y el Centro de Convenciones de la idea original, han añadido la Estación Aniceto Arce y la del Tejar, ampliando el centro histórico de nuestra bella ciudad, con sugerencias valiosísimas que no tienen que ver solamente con la restauración patrimonial, sino con actividades que le darán vida y movilizarán la economía para beneficio general.
Es un proyecto ambicioso, pero no imposible, porque su ejecución depende de nosotros mismos, si acaso tenemos la capacidad de trabajar en equipo: autoridades departamentales, municipales, universitarias, cívicas y la sociedad civil, porque sólo así se puede persuadir al gobierno central, cuya intervención es imprescindible para un financiamiento internacional. En breve, el Comité coordinará una reunión virtual con las autoridades para la presentación del proyecto en forma oficial.
El escritor mexicano Héctor Assinary dijo: “Dios no nos hubiera dado la posibilidad de soñar, sin darnos también la capacidad de convertir nuestros sueños en realidad”.