Reflexiones en el Día de la Patria

Gastón Solares Ávila 12/08/2021
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Siempre que la gente se refiere a Bolivia, en el exterior y en el interior, se habla de un país pobre, de los más pobres de Centro y Sudamérica. Yo me he puesto a pensar si somos en realidad pobres o si somos y hemos sido incapaces de aprovechar nuestras riquezas naturales.

En la época de la colonia, cuando se fundó Sucre en 1538 y pocos años después Potosí en 1545, poseedora del cerro más rico en la historia de la humanidad, al extremo de que le dio nombre al Río de la Plata y a la misma Argentina (Argentum plata), toda la zona se conocía como una de las más ricas del mundo. Obviamente, no había Bolivia y tampoco capacidad de utilizar esos recursos porque, sencillamente, éramos colonia de España, Reino que colonizó gran parte de América, como lo hicieron también otros países poderosos en todas partes del mundo, lo que no se puede cambiar porque no puede cambiarse el pasado.

A la riqueza de la plata se sumó la de otros minerales y, ya durante la república, tuvimos la oportunidad de explotarlos y transformarlos generando valor agregado, pero no lo hicimos. Ahí empieza nuestra culpa porque durante siglos los avances fueron mínimos, seguimos siendo exportadores tradicionales de materias primas, no solamente minerales sino hasta vegetales, cuando otros países exportan bienes inmateriales como la tecnología.

Los diferentes gobiernos que han administrado el país durante casi doscientos años han recurrido siempre a esquemas copiados y a tendencias de moda, pero ni los de izquierda ni los de derecha han cambiado nuestra condición de dependencia. ¿Hemos pensado alguna vez que no producimos el trigo suficiente para fabricar harina y elaborar nuestro propio pan?

Todos los países del mundo recurren al comercio exportando lo que les sobra e importando lo que les falta, pero nuestra balanza comercial, solo excepcionalmente favorable gracias a la exportación de materias primas, no nos alienta porque no se trata de bienes transformados de materia prima en productos terminados.

¿Acaso Bolivia no tiene altiplano, valles y llanos?, ¿acaso no tiene diversidad de climas y de razas, además de extenso territorio apto para casi todo? Claro que sí, pero somos pobres.

En lo que somos ricos es en políticos: hay y ha habido de todo tipo en ambos bandos. Dice que vivimos la época de grandes cambios, pero son cambios de personas, no de actitudes. ¿Acaso hemos cambiado la mentira por la verdad, el latrocinio y el robo por la honradez, los delitos por la corrección o el odio por el amor entre bolivianos?

Quizá el primer cambio, si realmente queremos cambiar y tener un mejor país, sea en la escuela; es decir, en la primera educación. De esa manera el remedio puede dar resultado en una generación siempre y cuando empecemos por enseñar valores, actitudes y respeto por los demás. Actualmente, no respetamos siquiera el lugar donde nació la patria. Feliz 6 de Agosto.

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