Afganistán: Gobierno del terror

Rodolfo Faggioni 14/09/2021
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Afganistán se caracteriza por tener un terreno árido, impermeable y montañoso desde las laderas del Himalaya hasta los desiertos iraníes dominado por el Hindu Kush, fragmentos de la historia antigua que solo en los tiempos modernos se han comenzado a llamar esos lugares Afganistán, la tierra de los “afganos”, el antiguo nome de los pueblos “pastún”.

Afganistán se convirtió en un estado en 1747 cuando el general Ahmad Durrani se proclamó Shah en Kandhar apoderándose de toda la parte oriental del Imperio Persa, de Pakistán y Cachemir. Su sucesor traslada la capital a Kabul. Años más tarde, llegaron las Grandes Potencias: “in primis” el Imperio Británico. Al final de la Primera Guerra Mundial, tanto Inglaterra como Rusia no pudieron tener la influencia que tuvieron hasta entonces en Afganistán determinando el destino del País.

A inicios de 1979 la Unión Soviética invade Afganistán.estuviero 10 años. Este acto de fuerza  se demostró ser una tragedia inútil, una especie de “Vietnam-Rusia” que anunció la caída final de la URSS y devastó el Estado Afgano. Luego vino la invasión de los Estados Unidos a consecuencia del ataque a las torres gemelas de Nueva York, que ocurrió el 11 de septiembre de 2001. Después de 20 años tanto las tropas americanas como las de la OTAN dejaron el territorio Afgano en manos a los talibanes con un retiro vergonzoso.

El gobierno que se ha formado es un gobierno de terroristas buscados por agencias de todo el mundo y que tiene la tarea principal de hacer respetar la “ley sharia”. El Primer Ministro es Mohammad Hassan  Akhund, en la “lista negra de la ONU” de terroristas o asociado a terroristas, en el pasado fue asesor político del Mulláh Omar, el líder fallecido de los autoproclamados “estudiantes coránicos”. También fue Gobernador de  Kandahar el rico bastión de los fundamentalistas, en el Sur de Afganistán y fue Ministro de Relaciones Exteriores en el primer Emirato entre 1996 y 2001. Menos conocido es Rahabari Shura: ha tomado hasta ahora las principales decisiones sometidas a la aprobación del Guía Supremo el Mulláh Hibatullá Akhundanza, que en su primer mensaje desde la toma de Kabul, dictó inmediatamente el objetivo principal: “respetar las leyes islámicas y la Sharia”, es decir las leyes coránicas. El papel de viceprimer ministro ha sido confiado a Abdul Ghani Baradar, que durante mucho tiempo ha sido señalado como líder político de la talibanes. El nuevo Ministro del Interior es Sirajuddin Haqqani, líder de la terribles milicias afganas, buscado por la FBI por terrorista con una recompensa de 5 millones de dólares. 

Las nuevas leyes de las talibanes reescriben la vida cotidiana en Afganistán, sofocando los derechos y la libertad de expresión. Con la interpretación oscurantista de la “ley sharia” o la “ley coránica” , día tras día los muláh intervienen de manera cada vez més penetrante. Las primeras a someterse a la “ley coránica” han sido las universitarias obligadas a llevar la larga y ancha túnica negra que cubre toda la cabeza acompañado de un velo del mismo color que deja solo los ojos al descubierto y en las aulas deben permanecer ocultas a las miradas de los universitarios. Algunas mujeres que manifestaban en derechos de la mujeres, fueron atacadas por combatientes talisbanos con latigazos.

Los signos del régimen talibán se hacen siempre más visibles incluso en las calles de Kabul. Desde hace días continúan las cancelaciones de los murales, todos inspirados en las ideas de paz, justicia y hermandad. Entre estos el dibujo del apretón de manos entre el Mulláh Abdul Gahni Baradar y el enviado estadounidense Zalmay Khalilzad en la firma de los acuerdos de Doha

En lugar de los murales están apareciendo enormes representaciones de la bandera blanca de los talibanes y consignas de propaganda islámica y nacionalista alabando la “victoria” contra los Occidentales y los Cruzados.

 

* Es periodista corresponsal en Italia.

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