Este título proviene de una de las declaraciones del Ministerio de Defensa ruso después de su invasión a Ucrania; es quizás la frase que más me impactó de toda la propaganda bélica. Muestra lo absurda, intimidante e inhumana que es esa guerra, y, probablemente, que son todas las guerras. “Abandonen sus hogares, necesitamos destruir su espacio de vida”. No creo que alguien haya respondido: “Gracias por avisarnos”.
Sugiere que alguien se atribuye la potestad de quitarte lo que has trabajado toda la vida, tus pertenencias, tu lugar de vida, de refugio quizás, tu historia, tu espacio familiar, tus recuerdos. Y para la sociedad, de destruir su cultura, su riqueza histórica, su infraestructura social, su cohesión. Tiene hasta el derecho de tirarte una bomba y quitarte la vida, si no obedeces. Y eso, solamente por razones políticas, imperiales, de creer ser el dueño de esa parte del mundo, ni siquiera ideológicas. ¿A dónde tendrás que ir? ¿Será temporal? ¿Qué encontrarás cuando vuelvas? ¿Cómo te van a recibir en otro lugar, gente extraña, que probablemente no mantengan su bienvenida y paciencia por tiempo infinito, menos si son centenares de miles? Y todo contra tu voluntad.
Las razones de la invasión en tierra ajena son muy temerarias, sin justificación creíble para el resto de la humanidad. Por eso, la reacción contundente, no solamente en sanciones económicas sino en casi todos los ámbitos sociales, culturales y políticos, uniendo a la mayor parte del mundo democrático y hasta a países con vocaciones menos democráticas, pero que ven a la invasión de Rusia como un precedente muy peligroso para su propia seguridad. Nunca he visto tal uniformidad de protesta, hasta dentro de Rusia, y con consecuencias concretas en el actuar de gran parte del globo.
Dicen que se sienten amenazados por la ampliación de la OTAN, sistema de seguridad del mundo llamado occidental, hacia Ucrania. Pero debe haber ahora pocos ucranianos que aún no querrán ser parte de la OTAN, ya que esa coalición de 29 países protege y envía militares a sus miembros justamente en situaciones como de este momento, cuando son atacados por otro país. Con su agresión, Rusia más bien está mostrando la importancia de ese resguardo militar, con la consecuencia que muchos países europeos han anunciado incrementos importantes en gastos destinados a su fuerza militar. Está logrando exactamente lo contrario de lo que pretende lograr. Lamentablemente, a costa de muchos sacrificios de seres humanos inocentes y destrucción.
No sé qué haría si me dijeran: “Abandona tu casa, porque vamos a bombardear la ciudad”. Incredulidad, probablemente. Pero en Ucrania los invasores demuestran que no es cuento vacío, ni solamente propaganda. Lo convirtieron en realidad: están destruyendo casas, edificios, hospitales, escuelas, toda la infraestructura social, están espantando a la gente, están imponiendo un cambio de poder, de la sociedad, de la vida, y todo por la fuerza. Barbárico. No encuentro otra palabra que mejor describa mi sentimiento; un insulto a la civilización humana.
