La lista de la vergüenza

EDITORIAL Editorial Correo del Sur 25/03/2022
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Rusia mantiene su ofensiva militar contra Ucrania. Satélites de Estados Unidos captaron imágenes de convoyes de vehículos rusos que ocupan vastas regiones incluso, más allá del Donbás, y vehículos en tierra en Bielorrusia, en la frontera con Ucrania.

El Ejército ruso ha pasado de advertir que desataría ataques a lanzarlos sin previo aviso, causando grandes daños incluso en la población civil. Cada día aumenta la cifra de muertos, entre los que hay niños y ancianos.

La agresión rusa llega ahora a civiles. Los testimonios son múltiples. Uno de ellos es el ataque a infraestructuras civiles en Jarkov, donde en los primeros ataques fallecieron decenas de personas durante el bombardeo a un barrio residencial. En la explosión murió una familia entera, compuesta por dos padres y sus tres hijos, cuando viajaban en un auto por la zona atacada.

Zelenski denunció la mentira de Putin cuando dice que los ataques son solo a infraestructuras militares; si fuera así, se pregunta, ¿cómo se explica que están muriendo niños y jóvenes? En el pleno de la Eurocámara, el presidente de Ucrania pidió a Europa que demuestre que está con Ucrania. “Sin ustedes, Ucrania estaría sola, no nos dejen solos”, fue la dramática expresión del presidente.

La reacción de la comunidad internacional fue endurecer sus sanciones: la Unión Europea aumentó drásticamente su apoyo a Ucrania y por primera vez la Comisión Europea decidió participar en la compra de armamentos letales con 450 millones de euros para armas de combate que serán enviados a Ucrania. Otros 50 millones de euros serán donados para material no letal.

La Comisión Europea intenta incentivar de esa forma a los socios que envíen armamento y no solamente equipamiento defensivo o sanitario a Ucrania.

Alemania, Bélgica, Eslovenia, Estonia, Francia, Grecia, Letonia, Lituania, Países Bajos, Polonia, Portugal, República Checa, Rumania, Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido han enviado o están en proceso de entregar cantidades significativas de material militar a Ucrania.

Cuando parecía claro que Rusia podría controlar Ucrania, la resistencia de ciudadanos heroicos, entre ellos mujeres, que incluso fabrican cócteles Molotov para frenar en barricadas el avance de los tanques rusos en esta guerra absolutamente desigual y desproporcionada, ha demostrado que la voluntad colectiva, de un país que se defiende, es más fuerte que la del gigante al cual se enfrenta.

Rusia se está aislando. No solo ha recibido el rechazo y las sanciones de las principales potencias de Occidente, sino que con el paso de los días tendrá que aceptar que podrá invadir y ocupar toda Ucrania, pero no tendrá el apoyo de un pueblo combativo que pese a sus limitaciones de armamento está decidido a resistir la invasión y no aceptar al agresor.

Pero no se queda sola. En una primera votación realizada en el seno de la Organización de las Naciones Unidas, cuando se consideró una resolución para condenar la invasión de Rusia, el mundo se enteró cuáles son los gobiernos que, sin bien no respaldan abiertamente, se niegan a condenar la acción criminal del presidente Vladimir Putin. En esa ocasión, cinco países, incluido Rusia, votaron en contra de la resolución y 35 se abstuvieron. En esa larga lista estaban Bolivia, Cuba, El Salvador y Nicaragua. Un quinto, Venezuela, aliado incondicional de Moscú, tiene su voto inhabilitado por deudas con el organismo.

Ayer hubo una nueva votación con resultados similares. De esa manera, nuestro país ha pasado a formar parte de la lista de la vergüenza, de aquella en la que figuran los países que no consideran que la invasión a Rusia es un crimen de guerra. Una vergüenza para un país, como el nuestro, que soportó invasiones a lo largo de su historia.

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