El cumpleaños de Potosí y el conflicto del Silala

EDITORIAL Editorial Correo del Sur 01/04/2022
PUBLICITE AQUÍ

Potosí celebra este viernes 477 años de su nacimiento como un conglomerado urbano. Afortunadamente, sus autoridades ya no hablan de una “fundación”, que no hubo, sino de un “nacimiento”, o del hecho generador de lo que después se convirtió en la Villa Imperial, aquella cuya plata posibilitó el surgimiento del imperio español.

Es, entonces, el cumpleaños de esta ciudad y, según se puede ver en el programa de festejos, se celebra sin regalos, puesto que no hay obras de magnitud que sean inauguradas o entregadas hoy, con motivo de tan importante fecha.

Fiel al discurso que maneja desde hace por lo menos 30 años, el Comité Cívico Potosinista (Comcipo) dice que no hay nada que celebrar y, a la vista del programa, no queda más que darle la razón. Quizás por eso, y pese al éxito de la serenata que se prolongó hasta esta madrugada, el nuevo aniversario está pasando en un ambiente que es más de discreción que de festejo.

Para hoy se ha previsto la entrega de un centro de salud, mientras que el programa de festejos incluye un mercado y proyectos de pavimento rígido. No hay obras de impacto ni mucho menos emprendimientos productivos que coadyuven al desarrollo regional. La reapertura de la Escuela Taller es un reinicio y tiene más de simbólico que de un hecho en concreto.

Por el contrario, la ciudad del Cerro Rico se ha convertido en el escenario de uno de los casos más sonados de corrupción en el periodo democrático del país: el de la fallida compra de 41 ambulancias.

Si a eso se agrega que el aeropuerto internacional continúa en la incertidumbre, que el hospital de tercer nivel sigue sin concluirse, y que el aprovisionamiento de agua no deja de estar librado a situaciones de orden colectivo, pues, coincidiremos en que no hay nada que celebrar.

¿Mala suerte o falta de previsión? Para responder a esas preguntas habrá que recordar que el municipio que hoy está de aniversario es solo uno de los aproximadamente 400 gobiernos locales que existen en el país.

Las alcaldesas y los alcaldes que han caído en cuenta de que cinco años no son suficientes para echar los cimientos de una nueva sociedad están trabajando para aprovechar el tiempo que aún les queda. Los más, por su parte, están enfrascados en pugnas políticas que, finalmente, terminan de hacer quedar mal a los involucrados.

Este viernes también empieza la fase de alegatos en la demanda que Chile interpuso a Bolivia por el manejo de las aguas del Silala. Este no es un problema regional, puesto que involucra al concepto de ciudadanía que rige en el país, pero tampoco hay mayores razones para albergar esperanzas de que el resultado favorezca a Bolivia.

Las aguas del Silala nacen en territorio boliviano, concretamente en el potosino, y fluyen hacia Chile mediante canales construidos de manera artificial. Por esto, no se puede hablar de un río internacional, pero en la defensa planteada por el gobierno de Luis Arce ni siquiera se ha tenido el cuidado de pedir que se realice una inspección ocular para comprobar hasta qué puntos son evidentes los datos que se puede colectar en el terreno.

Peor aún, el Gobierno nacional ha admitido la demanda pese a que el diferendo por el Silala no es de Estado a Estado, sino un problema con un privado, la empresa que comercializaba esas aguas.

La actitud de desidia que vemos por estos días respecto a Potosí no es nueva, sino que se arrastra desde hace varias gestiones gubernamentales. Por algo han provocado grandes conflictos en el pasado, como los prolongados paros que en su momento convocaron los cívicos de este departamento, hoy, de cumpleaños poco feliz.

Compartir:
Más artículos del autor


Lo más leido

1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
Suplementos


    ECOS


    Péndulo Político


    Mi Doctor