El país está viviendo el mayor periodo de abuso en su historia, a extremos que solo pueden equipararse al gobierno más abyecto que tuvimos, el de Mariano Melgarejo.
El uso y abuso de bienes del Estado se ha convertido en moneda corriente. Ya no hay pudor, ni siquiera, al sacar a servidores públicos de su trabajo, es decir en horario laboral, para llevarlos a actos políticos, como ocurrió el mes pasado en Potosí.
Comenzando por su jefe nacional, Evo Morales, se ha demostrado el partido de gobierno hace lo que quiere con los bienes públicos.
En la primera semana de agosto del año pasado se conoció que un avión de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB) fue utilizado como medio de transporte de Morales y parlamentarios del MAS, entre Cochabamba y Tarija, porque debían asistir a reuniones partidarias.
Al verse descubiertos, los legisladores que estuvieron en ese viaje dijeron que se había cancelado Bs 10.500 por los servicios de la FAB y que ese costo lo cubrieron “algunos alcaldes y concejales de Tarija”.
Un mes después, cuatro avionetas de la FAB fueron utilizadas por un equipo de producción argentino, que llegó al país para entrevistar a Evo Morales, en sus traslados a la región de Chimoré, en el Chapare cochabambino.
En esa producción, el empresario y actor argentino Julián Gil, que vino a hacer un documental sobre la vida de Morales, llegó acompañado de dos personas de su equipo y utilizaron cuatro aeronaves de la FAB para transportarse entre Santa Cruz y el aeropuerto de Chimoré. El propio Gil publicó en sus redes sociales que recorrió 30 horas viajando entre “aviones, avionetas, motos, calles de tierra, polvo constante para llegar a uno de los sitios más recónditos de la tierra, donde hoy día vive el expresidente Evo Morales”.
Esas dos experiencias se conocieron de manera pública, pero es muy posible que existan otros casos de uso indebido de bienes del Estado, dado que Morales está prácticamente en una campaña personal movilizándose permanentemente entre ciudades y poblaciones del país en las que organiza o participa de concentraciones, reuniones y actos políticos.
¿En qué se moviliza Evo Morales cuando visita lugares donde no hay vuelos comerciales? Desde marzo de este año no se le ha visto utilizar un vuelo comercial, probablemente para evitar que se repita la mala experiencia que tuvo en una aeronave de Boliviana de Aviación (BoA) entre Tarija y Cochabamba, cuando fue abucheado por los pasajeros.
En aquella ocasión, por redes sociales circularon videos en los que se veía y escuchaba cómo pasajeros gritaban: “Fuera Evo, fuera Evo” cuando este se puso de pie para recoger su equipaje de los compartimientos superiores de la nave.
Y la Fuerza Aérea Boliviana, ¿es un aerotaxi a su servicio? Ante requerimientos periodísticos para que aclare el uso de aeronaves en la producción de un audiovisual por parte de una productora argentina, ni en la FAB ni en el Ministerio de Defensa quisieron referirse al tema.
Los aviones de la FAB no pueden ser utilizados para fines particulares, son del Estado y no de propiedad de Evo Morales para que él disponga de ellos cuando se le ocurra. Y lo propio pasa con todos los demás bienes públicos que, como pasa en este y, generalmente, en todos los gobiernos, están a disposición del MAS.
El uso de bienes del Estado para fines privados –pues eso son las actividades partidarias– es un delito que está tipificado en el Código Penal como “uso indebido de influencias” y puede ser sancionado con penas que van desde los dos hasta los ocho años de cárcel.
