Balanza sur: 1825 - 2022

EDITORIAL Editorial Correo del Sur 05/08/2022
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Estamos a pocas horas de conmemorar los 197 años de la fundación de Bolivia y, como debería ser en fechas como esta, se impone una reflexión.

Para hacerlo, es necesario retroceder hasta 1825 y ubicarnos en Sucre, que entonces mantenía el nombre de Chuquisaca. Tras una primera y fallida convocatoria para reunirse en Oruro, esta ciudad fue elegida como lugar de reunión de la Asamblea General de Diputados de las Provincias del Alto Perú. Había muchas razones para ello, pero la de mayor peso es que se trataba de la sede de la Audiencia de Charcas, lo que la convertía en la capital natural de ese territorio.

Pero, además, Chuquisaca estaba próxima a Potosí, la ciudad en la que estaban los yacimientos de plata del Cerro Rico y la Casa de Moneda, en la que el mineral se convertía en piezas metálicas con aceptación mundial. Esta circunstancia económica había constituido, durante el periodo colonial, un eje, el del sur, que encontraba contrapeso en La Paz debido a la proximidad de esta ciudad a los puertos del Pacífico, lo que favorecía al comercio.

Por la razón económica apuntada, la balanza de la historia estuvo inclinada al sur durante los 266 años del periodo virreinal —desde 1559, cuando se creó la Real Audiencia de Charcas, hasta 1825— y los 74 años que van desde la fundación de Bolivia hasta la guerra civil de 1899, que determinó el traslado de la sede del gobierno a La Paz. Estamos hablando de un total de 340 años, el periodo más largo de nuestra historia, en los que la economía, y también la política, se manejó desde el sur.

De no haber mediado el contrapeso de La Paz, es probable que el eje Chuquisaca-Potosí, al que Cochabamba se adscribía con frecuencia, se habría mantenido hasta hoy, o por lo menos más allá de 1899. Hay que admitir que, de por medio, surgieron otras circunstancias históricas como, por ejemplo, la Guerra del Pacífico, que convirtió a Bolivia en dependiente de los puertos peruanos para sus exportaciones. Por la vecindad de La Paz con estos, su influencia creció después de la pérdida del acceso al mar.

Se produjo entonces un desnivel de la balanza, que comenzó a inclinarse hacia el norte y llegó al actual estado de cosas. Hasta hace poco, las diferencias no eran tan perceptibles, por lo menos en los números oficiales, pero ahora saltan constantemente a la vista.

Desde que se decidió que los recursos del Estado se distribuirían sobre la base de los criterios poblacionales, el grueso de las recaudaciones tributarias se va hacia las regiones receptoras de migrantes. La distribución de escaños parlamentarios sigue esa misma lógica y, en función a ello, todo se ha invertido.

Para probar que 197 años después estamos en el extremo opuesto a cómo era Bolivia en 1825, veamos las cifras de diputados por región: Actualmente, el departamento con la mayor cantidad de escaños es La Paz, con 29. Le siguen Santa Cruz, que tiene 28, y Cochabamba, con 19. Luego vienen Potosí, 13; Chuquisaca, 10; Tarija y Oruro, nueve; Beni, ocho y Pando, cinco.

Veamos, ahora, los números de 1825, cuando en Chuquisaca se reunieron un total de 45 diputados de la Asamblea General de Diputados de las Provincias del Alto Perú. En ese entonces, el primer lugar lo tenía Potosí, con 14; le seguían Cochabamba y La Paz, que tenían 13 y 11, respectivamente; Charcas, con cinco y Santa Cruz cerraba la lista con apenas dos.

En 197 años de existencia como Bolivia no solo han cambiado los escenarios y las cifras, sino también sus efectos. Son hechos del pasado, pero hechos al fin. Circunstancias históricas que sirven de base para reflexionar cómo está Bolivia en vísperas de su efeméride.

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