Un boliviano continental

EDITORIAL Editorial Correo del Sur 16/09/2022
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Los tiempos cambian de tal forma que no es exagerado decir que, a lo largo de nuestra historia, los bolivianos fuimos germánicos y españoles y, en un contexto subregional, también tuvimos condición de peruanos y rioplatenses.

Expliquemos el porqué de esos gentilicios temporales: el primer antecedente político-administrativo del territorio hoy boliviano es la Gobernación de Nueva Toledo, creada por el rey Carlos I de España en 1534. No obstante, un detalle sobre el que no se ha dicho ni escrito mucho es que, cuando el monarca tomó esa decisión, el nombre de España no representaba a todos los reinos que luego formarían parte de ese país, sino solo a uno de ellos, la porción que había sido dominada por los musulmanes durante ocho siglos. Más aún, en 1520, el rey Carlos fue coronado como emperador del Sacro Imperio Romano Germánico así que el territorio que gobernaba abarcaba buena parte de Europa occidental y central, además de las posesiones de ultramar, que incluían a las colonias en las Indias; es decir, la actual América.

Cuando se constituye Nueva Toledo y surgen sus ciudades más importantes del periodo colonial —Potosí, La Plata y La Paz— este territorio formaba parte del Sacro Imperio Romano Germánico y todavía no existía, por lo menos no con claridad, el concepto de “español” como gentilicio que representara a una unidad territorial. Por tanto, los habitantes de las referidas ciudades todavía no eran españoles sino germánicos, ya que esa era la nacionalidad prevalente en el imperio de Carlos, que llevó la corona con el nombre de Carlos V.

Todavía durante el gobierno de Carlos I/Carlos V se crea el Virreinato del Perú, en 1542, lo que les da más claridad a los habitantes de Nueva Toledo, que comienzan a llamarse peruanos. La Real Audiencia de Charcas fue creada en 1559, justo al año de la abdicación de Carlos V al trono imperial de Germania.

En el reinado de Felipe II, que ya no tuvo relación con el Sacro Imperio Romano Germánico, el concepto de “español” como nacionalidad cobró fuerza y más aún a partir del surgimiento del Imperio Español, no tanto como una voluntad política como una realidad económica debido a la enorme cantidad de plata que producían sus colonias en América, especialmente las minas de Potosí. Durante ese tiempo, los habitantes de Charcas eran españoles y, subregionalmente, peruanos, hasta que se creó el Virreinato del Río de la Plata, en 1776. A partir de ese año, los charqueños pasan a ser rioplatenses porque el gentilicio “argentino” todavía no existía. 

Ahora bien, el Virreinato del Río de la Plata abarcaba a lo que hoy son Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay y es el que proclamó su independencia el 25 de Mayo de 1810. Fue cuando se creó la Junta Provisional Gubernativa de las Provincias del Río de la Plata, que después pasó a denominarse la Primera Junta. Este órgano de gobierno estaba conformado por un presidente, seis vocales y dos secretarios, que eran Juan José Paso y Mariano Moreno. Los vocales fueron Juan José Castelli, Manuel Belgrano, Miguel de Azcuénaga, Manuel Alberti, Domingo Matheu y Juan Larrea, pero quien nos interesa verdaderamente es su presidente, Cornelio Judas Tadeo de Saavedra y Rodríguez, el personaje histórico más conocido como Cornelio Saavedra.

Aunque vivía en Buenos Aires desde niño, Saavedra nació en Charcas, hoy Bolivia, en la hacienda La Fombera, Otuyo, a 80 kilómetros de Potosí, en el camino hacia Sucre un día como hoy, 16 de septiembre, pero del año 1759. Tomando en cuenta todo lo descrito, y desde un punto de vista político, no solo fue el primer presidente de Argentina, sino también de Bolivia, Paraguay y Uruguay.

Se trata, entonces, de un boliviano continental, uno cuya importancia y proyección merecen más estudios de los existentes.

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