Carretera hacia Santa Cruz

Gastón Solares Ávila 21/10/2022
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En realidad hay cinco rutas que se pueden seguir para llegar a la ciudad de Santa Cruz. La más larga para los chuquisaqueños tiene  830  kilómetros aproximadamente y es la que va por Cochabamba y sigue por el Chapare. Es, sin duda, la más utilizada por los transportistas del eje central. El tráfico es conflictivo y pesado, la bajada hacia Villa Tunari sigue en intenso trabajo con la construcción de túneles. La más directa para nosotros, cerca de 500 kilómetros, es la que de Aiquile desvía por Saipina y La Palizada y se une cerca de Mataral con la llamada antigua carretera de Cochabamba que de Epizana va por Pojo, la Siberia y Comarapa. Por el sur se puede ir por Tomina, Villa Serrano y  Santa Rosa, conocida como la Ruta del Che, que llega a Vallegrande y de ahí también a Mataral para seguir hacia Samaipata, La Guardia y Santa Cruz y, la última, la segunda más larga, es la que va por Monteagudo, Muyupampa, Incahuasi, Ipaty y, finalmente, Santa Cruz.

Para Sucre, esta última tiene singular importancia porque completa la llamada diagonal Jaime Mendoza y une siete de las nueve provincias chuquisaqueñas,  cuya importancia radica en el hecho de que Hernando Siles y Luis Calvo, las más ricas, limitan con Santa Cruz. 

La carretera tiene buen asfalto hasta El Salto, en pleno descenso hacia Río Acero. Este último tramo, seguramente el más angosto y accidentado de la ruta, pues comparte características con el serpenteado que pasa por Incahuasi, hasta que el túnel más largo de Bolivia se termine, para lo que según se ha logrado averiguar falta todavía un 40 por ciento, aunque las obras se encuentran paralizadas, cambiará radicalmente porque además de acortar distancia, será una carretera mucho menos peligrosa que la actual. Monteagudo, la capital sauceña, será el punto intermedio más importante y está vinculada por carretera asfaltada con Muyupampa, última población antes de iniciarse el ascenso al Incahuasi, hasta Ipati, cruce hacia Camiri y Santa Cruz, destinos ya unidos por carretera asfaltada también. 

Es un viejo anhelo de nuestra región terminar los trabajos en esta ruta, tanto en el camino como en el túnel, pero de momento parece muy difícil lograrlo por la poca importancia que el Gobierno central le da a Chuquisaca. La vinculación con nuestras provincias es fundamental desde todo punto de vista, especialmente el económico. 

La terminal de buses en Monteagudo tiene mucha importancia. Salen siete buses en horario nocturno hacia Santa Cruz y otros siete hacia Sucre, seguramente para aprovechar la ventaja de las luces que evitan encuentros violentos con otros vehículos en las partes angostas tanto en las del Incahuasi como en las del Río Acero.

La producción agrícola de las diferentes zonas se desplaza en busca de mercados y es dependiente de las facilidades de transporte y de las condiciones de la demanda. Es fácil comprender que a  Chuquisaca le interesa especialmente esta ruta. Los productos chuquisaqueños como el ají de San Julián o el maní de Icla y de la zona de Monteagudo, para citar dos ejemplos de gran calidad, podrían incrementarse significativamente cuando se termine esta ruta inconclusa desde hace mucho tiempo, dando gran impulso a la producción agrícola regional.

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