Todos, hombres, mujeres, niños y niñas, llegamos ese día -13 de noviembre 2022- al cabildo. Había personas de toda edad y mucha juventud y las diferencias sociales, raciales o generacionales se neutralizaban en un aire de fiesta. La cantidad era impresionante. Más de un millón de personas juntas que participaban con entusiasmo y convicción democrática, después de 23 días de paro en todo el departamento de Santa Cruz y… la gente estaba fresca, como si la pelea recién comenzara. Además de la alegría y el entusiasmo, la gente llegaba con bronca para hacerse respetar. Durante los 23 días previos al cabildo, la policía y los “paramilicianos” del MAS, en cuanto “fuerza de ocupación”, mellaron su dignidad, reprimieron, golpearon, detuvieron, mataron, pretendieron humillar y someterlos, pero no pudieron. Santa Cruz salió más empoderada del conflicto.
Todos llegaban al cabildo a hacer historia, con la esperanza de ser escuchados por el gobierno para que cambie sus políticas y su decisión sobre el censo, y volcaron sus esperanzas en los puntos a ser aprobados.
Tal era la cantidad de gente que colapsaron las redes de internet y las líneas telefónicas y no era posible hacer un seguimiento, en tiempo real, de lo que iba sucediendo.
Yo me encontraba a 30 m del brazo izquierdo del Cristo y a unos 60 m del palco. Delante mío, una familia de unos 23 miembros que comprendía varias generaciones irradiaba entusiasmo. Se cantaba, comentaba, reía, etc., y todos esperábamos el discurso principal con las preguntas a ser propuestas.
Bueno, ese es el bonito y romántico celofán del cabildo.
La esencia de ese evento sucedería después.
Iniciado el acto con el himno nacional y luego de la lectura, apenas comprensible para la multitud, del marco que contextualizaba el momento, captamos que estaban poniendo a consideración las preguntas. Por la bulla y el pésimo audio de los parlantes no escuchamos la primera pregunta y solo oímos un atronador ¡Sí! Todos los que estaban alrededor nuestro respondieron igual. En realidad, se estaba respondiendo “sí” sin saber lo que se estaba aprobando.
Por ahí, en la cuarta pregunta escuché algo de “plazo de 72 horas a los departamentos de Bolivia...”, pero no se entendía bien y en las redes no se reproducían las preguntas por el colapso comunicacional. En esas circunstancias me levanté, salté, agité los brazos para que desde el palco pudieran atender mi solicitud de repetir la pregunta para entenderla mejor y mi intento fue ahogado con un fuerte “Sí” de la gente. Inmediatamente pregunté a los vecinos lo que se había aprobado y nadie pudo darme razón, pero todos estaban rebosantes de fervor, esperando la siguiente pregunta. La gente estaba en éxtasis.
Luego de la quinta pregunta y su correspondiente aprobación, sin saber, nuevamente, lo que se había aprobado, concluyó el acto. No podía creer. No veía en ninguna parte los puntos aprobados, pero todo el mundo estaba contento, salvo un grupo que, molesto, se dirigió a la casa del Dr. Calvo, presidente del Comité Pro Santa Cruz, a pedir explicaciones por aspectos que consideraron insuficientes.
Desconcertado, sin saber lo que se había aprobado y con el sentimiento de haber sido “bulto”, uno más, en un evento multitudinario, recién pude conocer el tenor de lo aprobado, una vez en casa.
Veamos algunos aspectos interesantes de ese cabildo.
- Se constata conciencia democrática de la ciudadanía por una causa, en este caso, la demanda del censo 2023. A pesar del sacrificio que significaba el paro, la gente estaba convencida de la justeza de su causa y dispuesta a continuar en sus reivindicaciones. Se reconfirmaba que vivimos tiempo de la ciudadanía con capacidad de ejercer su poder y cuestionar con firmeza al gobierno con el antecedente más significativo que fue la rebelión de las pititas que logró la renuncia y fuga de Evo Morales el año 2019.
- La lucha por el censo develó otros temas importantes, tales como la necesidad de un nuevo pacto fiscal, la reasignación de curules parlamentarios y tener la base para contrastar con un nuevo padrón electoral.
En este marco veamos algunos aspectos evaluativos al cabildo:
- El punto 2 de las demandas aprobadas en el cabildo tiene mayor trascendencia y está referido a la necesidad de revisar la futura relación política de Santa Cruz con el Estado boliviano, planteamiento que no sólo es válido para Santa Cruz, también lo es para el resto de los departamentos que se sienten olvidados por el centralismo gubernamental y, desde esa perspectiva, esta demanda tiene carácter nacional[1]. Es importante señalar que esta revisión se la realizará en el marco legal y democrático actual y no da pauta de lo que pueda surgir. Se puede decir que el Comité Pro Santa Cruz abre un libro para que se estudien las diferentes alternativas de ese relacionamiento (recuperación y aplicación efectiva de las autonomías, autonomías diferenciadas o federalismo sujeto a reforma constitucional) y se proponga los ajustes necesarios o los cambios que sean posibles. Si esa revisión se realiza en el “marco legal y democrático” como manda el cabildo, entonces queda descartada la posibilidad de una demanda de independencia departamental, ya que iría en contra de la decisión del cabildo.
- Si bien existió el intento de bolivianizar el tema del censo 2023 señalando que hacer un censo no solo es beneficioso para Santa Cruz, sino para todo el país, ese intento quedó neutralizado con la redacción del punto dos. No debía haberse presentado como la demanda lateral de “revisar la futura relación política de Santa Cruz con el Estado nacional”. El malestar de esa relación es general, entonces, si realmente, se pensaba en Bolivia, debía proponerse algo como “promover” la revisión de la futura relación entre las regiones y el Estado centralista. (Pero bueno, ya está hecho y lo que se busca ahora es interpretar esa relación).
- Se percibe exacerbado el sentimiento regional. Pareciera existir un sentimiento nacional en apariencia, pero en el fondo hay mucho de resentimiento hacia el resto del país. Lo que debiera ser una lucha política, contra un régimen centralista y estatista, se presenta como una lucha contra los collas estatistas y centralistas y al masismo se asimila como colla, como si no hubieran masistas cambas (Salvatierra, Romero, Cronembolt, Prada, Borda, etc.), lo que deriva en una confrontación regional o racial.
- Lo anterior tiene relación con la estatura y calidad de los liderazgos. Si los líderes no tienen la clara visión de lo nacional, entonces su perspectiva queda limitada en lo local/regional. Pero, además, si los líderes no tienen bien identificado al adversario, confunden al MAS con la región colla y perciben el Estado centralista como exclusividad andina, es obvio que se refugien en el ideal cruceño y regional.
- Un cuestionamiento importante sobre los cabildos es ¿para qué sirven?[2] Según la Constitución (art. 11.I.1), el cabildo es una forma de ejercer la democracia, pero ¿solo tiene un carácter deliberativo? Difícil de debatir entre más de un millón de personas. Además, si las resoluciones del cabildo no son vinculantes entonces, las resoluciones quedan como una referencia o “mojón” para futuras luchas o todo puede quedar como “un saludo a la bandera” sin que el gobierno se siente obligado a acatarlas.
- Otro aspecto a cuestionar en cuanto a los cabildos es el seguimiento al cumplimiento de las decisiones aprobadas. ¿Quién hace ese seguimiento? ¿El mismo Comité pro Santa Cruz? ¿La prensa? ¿Las instituciones del control social? ¿El Tribunal Supremo Electoral? ¿Quién? Veamos un caso.
El 4 de octubre de 2019, en el importante cabildo que dio impulso a la renuncia y fuga del dictador Evo Morales, Fernando Camacho, en tanto directivo del Comité pro Santa Cruz, propuso el siguiente texto: “¿Estamos dispuestos a que este 4 de octubre sea el punto de partida para empezar a trabajar por nuestro sueño federalista bajo la equidad, la unidad y sobre todo el amor por Santa Cruz y Bolivia?”. La respuesta fue un “SÍ” unísono.
¿Qué sucedió después? ¿Qué han hecho Camacho y el Comité Cívico pro Santa Cruz con esta resolución? ¿Cuánto se ha avanzado? Tres años después no se conoce ningún informe o evaluación de los avances logrados en ese tema. No vaya a ser que suceda lo mismo ahora.
Por todo lo anterior, el cabildo no es un acto democrático. Es una relación jerárquica, vertical, donde unos pocos deciden los temas a consultar y se pregunta a la gente que, sin tener conocimiento previo de las mismas ni posibilidad de debate, da su aprobación en medio de un entusiasmo generalizado. No se puede negar que es una tradición que ha permitido varias transformaciones en la región, pero, a estas alturas, no tiene ningún carácter democrático, participativo (salvo estar presentes) ni vinculante, y diluye su carácter deliberativo entre más de un millón de personas presentes. Un cabildo de esas proporciones oculta una mentalidad autoritaria, vertical, de imposición de criterios, tratando de recuperar románticamente ciertos valores tradicionales, mostrar artificialmente horizontalidad, unanimidad social y en el fondo, ocultar las contradicciones que toda sociedad tiene. En democracia es importante analizar este fenómeno para no repetir dolorosas experiencias vividas en otros países que llevaron a su destrucción.
El cabildo es una tradición, pero, a estas alturas de la ciencia y la tecnología, debiera pensarse en mejores mecanismos de consulta o referendo popular virtual que permitan, realmente, un ejercicio democrático de la ciudadanía. Entre otros mecanismos de control y participación es importante recordar que existe la ley 341 de control social o la misma Constitución que establece la normativa para realizar diferentes acciones frente al proceder de las diferentes instancias del Estado. Ahí están la acción de amparo constitucional (art. 128), la acción de inconstitucionalidad (art. 132), la acción de incumplimiento (art. 134) y la acción popular (art. 135). Será también necesario establecer mecanismos expeditivos de referendo (art. 11.1) sobre diferentes temas de interés regional o nacional, la iniciativa legislativa ciudadana y/o la consulta previa que hasta ahora no se implementan.
[1] En ese sentido, no resulta pertinente que el cabildo haya otorgado plazos perentorios a los otros departamentos para que se unan a esta causa (Punto 4). No existen antecedentes que lo inverso haya sucedido. La composición social de los departamentos no es homogénea y, seguramente, habrá posiciones encontradas que marcarán tendencias. No olvidemos que desde hace tiempo varios de ellos (Potosí y Tarija entre otros) ya estuvieron planteando esa revisión de su relación con el Estado, pero no tenían la fuerza suficiente ni Santa Cruz acompañaba esas luchas, mucho menos fijaron plazo a Santa Cruz para que lo haga.
[2] Hago mía la preocupación de J. Bellot expresada en una reunión de nuestra plataforma UNO.
PUNTOS ACORDADOS EN EL CABILDO DEL 13 DE NOVIENBRE 2022
1.- Instruir a nuestros legisladores para que, de manera inmediata, gestionen la aprobación de una ley que garantice la aplicación económica y electoral de los datos del censo antes de las elecciones 2025
2.- Delegar al Comité Pro Santa Cruz la convocatoria a una comisión constitucional, que en el marco legal y democrático, revise la futura relación política de Santa Cruz con el Estado boliviano
3.- Reclamar y exigir a los departamentos de Bolivia para que, en el marco de la unidad nacional, se unan en la lucha por la aplicación de los datos del censo antes del 2025
4.- Si en un plazo de 72 horas, los departamentos de Bolivia no se unen formalmente a este reclamo con medidas efectivas, asumamos por nuestra propia cuenta y responsabilidad nuestras propias reivindicaciones en beneficio de los bolivianos que viven y trabajan en Santa Cruz
5.- Mantener el paro hasta que, dentro de estas 72 horas, sean liberados todos los ciudadanos detenidos ilegalmente en ejercicio a su derecho a la protesta y se garantice el fin de la represión policial contra el pueblo y sus dirigentes
* La Plataforma U.N.O. fomenta el debate plural y no necesariamente comparte loa puntos de vista del autor/a.