Ayer te conocí y te recuerdo como aquel primerizo enamoramiento
País de saberes y paisajes soñados
Gente agradable y respetuosa de sus tradiciones
No olvido las andanzas por la ajetreada La Paz
La bucolía de la rural Ayata
La belleza sin par de la Villa Imperial
En mi mente están las manadas de llamas y alpacas pastando en empinadas laderas desafiando la gravedad
La gran mancha acuosa del majestuoso y solemne Titicaca
Bajar por serpenteantes caminos para llegar a páramos singulares
Altura y nieves eternas
Los faros pétreos del Illimani y Cerro Rico
Cimas sagradas y de elocuente riqueza
De las mujeres que conocí, diría que no hay par
Dulces en su hablar, amantes de sus hogares, trabajadoras y espontáneas
Los hombres de trato amable y cercanía al extranjero
La Pachamama se detuvo y quedó en la vibrante Bolivia
Regó por generosos ríos las fértiles tierras convirtiéndolas en edenes
Legados prehispánicos que edificaron obras de monumentalidad
Cómo las hicieron, qué significan, quién sabe eso
Misterios selváticos en el Beni
Agricultura febril y de multicolores frutos que se cosechan en el escenario cruceño
Vinos tarijeños con delicado olor a generosas uvas
La excelsa colonial de Sucre que encandila con su blancor frenesí
La modernidad de Cochabamba
La comercial Cobija
La lejana pero rutilante Trinidad
Oruro y su manto protector del Cristo que corona la cumbre del pináculo de San Felipe
Potosí con su mágico y rudo mundo minero
Comunidades campesinas con gente de arraigos y agradecida
El cielo se abre a los ojos del incauto en los templos
Qué estaban pensando sus creadores
Mates de coca, panes con olor a canela, regalos al paladar
Cuánto me has marcado Bolivia
Aún no entiendo cómo me haces vibrar llegando hasta la melancolía
Amigos y colegas de la Universidad Mayor de San Andrés
Sapiencia y confraternidad
Ejemplos a seguir y cultivar hasta que nos despidamos del terrenal
Así eres Bolivia con tus pros y contras
Cautivas y atrapas
Colores, olores, oíres, en fin, tantos detalles que emites
Imán altiplánico que magnetizas y aprisionas
Te deseo que las penurias se transformen en alegrías
Dichas que el pueblo tanto añora
No te desgastes en jergas improductivas, mira sin vacilar hacia adelante
Las deidades andinas y las aves marías están inflando las velas de la bienaventuranza
Hasta pronto mi evocada Bolivia, nombre que canto en mis clases a la distancia
Me creen uno más de tu noble pueblo
La respuesta de por qué te escribo, te resalto y reto es porque ya has invadido gran parte de mi cansado corazón…