Ante críticas por parte de maestros, de adoctrinamiento en textos educativos y en el área de Ciencias Sociales, respecto a un golpe de Estado y masacre de ciudadanos en 2019, una voz del Ministerio contraataca afirmando que es la derecha la que promueve el adoctrinamiento. El Gobierno, mediante el Ministerio de Educación, se dice, solo está tratando de “inculcar un enfoque crítico” para lograr que las y los estudiantes interpreten, contextualicen y analicen los hechos históricos.
Hasta ahí, todo parece bien. Pero, ¿será la forma correcta de inculcar una mirada crítica? Más aún cuando don Carlos Echazú, en su artículo, afirma que los contenidos de los textos son de aplicación obligatoria. A la vez afirma el señor Echazú que, si los maestros complementan con otros textos y otras lecturas los textos oficiales del MINEDU, entonces no hay ningún adoctrinamiento. ¿Será asi?
DUDAS
El conflicto surgirá cuando las y los maestros decidan mostrar la otra versión de los hechos y, acaso esto sea lo mejor, para que los estudiantes averiguen algo más y, finalmente decidan elegir su verdad. Lo cierto es que el conflicto estará armado y creara confusión y dudas entre el estudiantado.
Al parecer, lo mejor sería dejar que todo siga su cauce normal y que la juventud decida su derrotero político entre el último año del bachillerato y los años universitarios, mediante la prensa libre e imparcial.
Se pregunta también el funcionario si no era ideologizada la educación neoliberal de la Reforma Educativa anterior al gobierno del MAS, con su promoción del individualismo y la competencia destructiva. Quizas sí, aunque aquella “ideología” no estaba asentada en textos impresos de obligatoria lectura.
Y aquí viene la narrativa recurrente de “ellos hacían lo mismo” o “ellos lo hacían peor”, cuando el buen sentido de las cosas indica que no se deberían emular y/o cometer errores pasados, sino más bien implementar novedades positivas. Eso sería verdadero cambio, pero…
VERSIONES
De hecho hay dos versiones sobre los sucesos de 2019. Y esto está admitido implícitamente cuando se afirma que lo que molesta a la derecha es que se proporcione a los estudiantes la versión del golpe de Estado y la masacre.
¿Y la otra versión? Bueno, lo mejor sería dejar que las señoritas y jóvenes del Estado plurinacional decidan qué versión asumir, de acuerdo a su contexto social, geográfico, religioso, etc. Pero, además, de acuerdo a los medios de comunicación que prefieran, sea en radios, canales televisivos, periódicos o redes sociales (tan utilizadas y exploradas actualmente).
RECURRENTE DISCURSO
Llama la atención que en el artículo de marras, el señor Echazú hable de una oposición y de la derecha. ¿Qué será, exactamente, la derecha? Y, ¿qué es la oposición?
Las críticas y observaciones a algunas anomalías de la política educativa se generan al interior del magisterio, pues son maestros dirigentes de federaciones departamentales y la Confederacion nacional quienes levantan la voz crítica. ¿Serán todos opositores?, ¿serán todos de derecha?
Varias federaciones, por ejemplo, están en manos de docentes de línea trotskista. Estos podrán ser considerados opositores, pero es imposible que sean parte de la derecha. Pero también en el gran número de maestros (más de 180 mil, entre urbanos y rurales) el espectro político e ideológico es amplio, es así que miles de docentes comulgan con la línea oficialista (por cierto, en su plena libertad política) por lo que tampoco podrían ser considerados de derecha y menos opositores.
Concluyamos entonces que no se debe generalizar alegremente y que deberían implementarse con amplitud y mucho sentido común los contenidos de los textos educativos. Sentido común que, a veces, parece ser el menos común de los sentidos.
* Es comunicador social.