Un encuentro necesario

EDITORIAL Editorial Correo del Sur 18/01/2023
PUBLICITE AQUÍ

Cumplidos los primeros 10 días del nuevo año, el país no sale del asombro tras la última movida política que involucró, una vez más, al Órgano Judicial. La sorpresiva detención del gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, un 28 de diciembre, cual si se tratase de una inocentada, marcó definitivamente la agenda noticiosa del final de 2022 y el inicio de 2023.

El conflicto social ha sido la tónica de los tiempos recientes y de los anteriores también, por lo que estos días de renovadas esperanzas, luego de las fiestas de Navidad y Año Nuevo, no tienen por qué ser diferentes. Es triste constatar esta realidad de desencuentros y problemas internos constantes, sin que la paz impere en el país.

La esperanza nunca se pierde, pero, en países como el nuestro, hay suficientes razones para temer la llegada de nuevas penas, de esas que duelen por la ausencia de diálogo entre bolivianos. Tantas veces han ganado la mezquindad y la corrupción política, los egoísmos de líderes interesados en beneficiarse o en beneficiar a su pequeño grupo de operadores, que no faltan los motivos para desconfiar en ellos y en el futuro de la sociedad entera.

Algunos inocultables ánimos pesimistas tienen su razón de ser. Es que 2022 ya tiene un lugar privilegiado entre los más negros de las últimas décadas y hay motivos para temer que las peores consecuencias de cuanto ocurrió durante el año recién concluido comenzarán a verse recién durante el que se inició hace 11 días.

En relación a la economía, el contexto global no ayuda mucho en ese sentido. El Banco Mundial acaba de advertir, ayer mismo, como la más reciente de sus previsiones, de una “desaceleración brusca y duradera”.

“Según nuestras estimaciones, el crecimiento mundial entre 2020 y 2024 será inferior a 2%. Se trata del crecimiento más débil en cinco años desde 1960”, afirmó el presidente del BM, David Malpass, durante una conferencia de prensa telefónica este martes.

El gobierno de Luis Arce puede ufanarse por televisión de su éxito al controlar la inflación, a diferencia de países vecinos como, por ejemplo, Argentina, donde este indicador se ha vuelto irrefrenable en los últimos años.

En materia política, el año que acaba de estrenarse será sin duda uno de grandes quiebres. La confrontación entre el modelo centralista que plantea y ejecuta el MAS ya ha chocado con el empresarial de Santa Cruz, primero por la fecha del Censo y, después, por la detención de Camacho. La indignación ha dado paso a la violencia y, ahora último, a movilizaciones en diferentes ciudades del país, en las que se ha protestado en contra de presos políticos y a favor de la pacificación de la capital oriental, hoy en día, más problematizada que la históricamente conflictiva La Paz.

Es difícil imaginar hasta dónde llegará la actual confrontación. Mientras el país continúe polarizado, gracias al entusiasta aplauso de políticos que se benefician con este estado de cosas, no hay manera de que se genere una planificación conjunta, entre oficialistas y opositores, lo cual favorecería a todos.

El encuentro –que no solo requiere del concurso de los actores políticos del Gobierno. de los opositores y/o del Congreso, sino también de la población en general– es necesario para la construcción pacífica de un derrotero común a partir de instituciones serias, ordenadas y no dominadas por el capricho político-partidario, en democracia. (R)

Compartir:
Más artículos del autor


Lo más leido

1
2
3
4
5
1
2
3
4
5
Suplementos


    ECOS


    Péndulo Político


    Mi Doctor