Mediocridad plurinacional

Monica Briançon Messinger 24/01/2023
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¿Por qué Bolivia tiene un feriado el 22 de enero? La pregunta es válida. Siguiendo la línea argumentativa de Brian Oporto (@brian oporto en Twitter), a quien recomiendo leer, esta es la explicación resumida:

“El 22 de enero de 2002, Evo Morales fue expulsado del Congreso, en su calidad de diputado, por denuncias de violencia política. Años después y ya en el Gobierno, promovió la Asamblea Constituyente para escribir una nueva Constitución Política del Estado (CPE), promulgada el 7 de febrero de 2009. Con ella se refunda Bolivia, bajo el concepto de Estado Plurinacional.

¿Adivinen cuál fecha escogieron para celebrar este hito? Lógicamente, debió de ser el 7 de febrero, pero eligieron el 22 de enero. Una fecha conveniente para una sola persona, que gracias a esta nueva CPE quiso repostularse para un tercer y cuarto mandato.

Hizo oídos sordos al NO que le dijo más de la mitad de la población el 21 de febrero de 2016 y se hizo postular, mediante el Tribunal Electoral, como candidato para una elección ‘limpia’ que intentó ganar en 2019, cuyo resultado es por demás conocido”.

Dentro de ese discurso, que busca perpetuar a un individuo en el poder, está además el intento de recalibrar la óptica sobre los pueblos indígenas y que la nueva CPE hace gala de una supuesta protección a sus derechos.

Retrocedamos un poco. En los años 50, el cineasta Jorge Ruiz contó historias de la cosmovisión andina. Produjo la mítica película “Vuelve Sebastiana”, un relato entre pobreza y migración, protagonizada por Sebastiana Kespi, comunaria de Chipaya, tierra de los Urus. Medio siglo después, el Ministerio de Culturas entregó a Sebastiana Kespi el premio nacional de gestión cultural Gunnar Mendoza. La “obligaron” a viajar a La Paz para recibirlo. Era una medalla, un diploma y 40.000 bolivianos. Poco cambió entre Sebastiana y su personaje. No tenía dinero para viajar. Mediante colectas reunieron los recursos para que Sebastiana recibiera tal “distinción” en La Paz.

Le preguntaron qué hará con el premio. Respondió: “Compraré comida para mi comunidad”. Recordó que el vicepresidente de ese entonces le ofreció una casa, pero nada de eso se ha cumplido. Los Urus de Chipaya, uno de los pueblos más antiguos del mundo, están muriendo en un Estado que se dice Plurinacional.

A un par de horas de este lugar se encuentra Orinoca, pueblo natal del ciudadano que instauró el feriado del 22 como Estado Plurinacional. Un pueblo que orbita entre la pobreza, el olvido y un fastuoso museo donde el emperador guarda los regalos que le hicieron.

Más allá, están los pueblos de tierras bajas que son avasallados por interculturales, loteadores, minería ilegal y narcotraficantes. Los ejemplos abundan.

Curiosamente un extranjero, como el recientemente fallecido, P. Xavier Albó, hizo más por las comunidades indígenas en Bolivia que todo un aparato estatal durante 14 años. Resulta que bajo el título de “plurinacional” se encubre el poder concentrado en seis federaciones que comercializan la “milagrosa” hoja de coca y subyugan a Bolivia bajo el concepto de fondo: la “interculturalidad”.

 

* Es periodista.

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