Llegó el 21 de enero, fecha mencionada con esperanza por esta columna y por varios sectores porque ya está suficientemente probado que Sucre y Chuquisaca necesitan una fuerza articuladora e impulsora del desarrollo de la ciudad y del departamento, puesto que las autoridades elegidas con ese objetivo se han convertido, como siempre o casi siempre, en servidores del Gobierno central y de sus intereses políticos.
Lo negativo, ciertamente, ha sido la insólita ausencia de sectores y de organizaciones importantísimas de la ciudad, lo que más bien no ha impedido que finalmente se haya cumplido el objetivo de elegir un directorio que precisa apoyo general porque el desafío es muy grande. Lo primero será lograr la unidad entre campo y ciudad, fracturada un nefasto 24 de mayo, en acciones injustamente atribuidas a los citadinos ya que todos sabemos que se trató de un acto preparado y ejecutado por políticos enemigos de Chuquisaca.
Lo positivo es que todavía queda gente que ha insistido en la conformación de un solo comité, para evitar que dos o tres se sigan disputando el poder. Por ello Mario Linares Linares y Moisés Torres Chivé recibieron un cerrado aplauso cuando decidieron retirarse, dejando a los presentes que continuaran con la sesión, que logró un quórum de 54 por ciento, suficiente pero –por supuesto– no ideal.
La importancia de los comités cívicos en el país es indiscutible, más aún en esta época de pregonada unidad, más destrozada que nunca. El Comité recién elegido tiene un desafío muy grande y el primero será, sin duda, hacer reaccionar a las instituciones que lo conforman, reacción que tiene que ampliarse a todos los sectores de la ciudadanía, que requiere con urgencia recuperar su identidad, su personalidad, dejando el marasmo colectivo que se ha apoderado de los sucrenses, que deben dejar de salvar el país solamente en reuniones de amigos compartiendo un trago.
Solamente creando fuentes de trabajo y recurriendo a nuestras fortalezas, como el turismo, se permitirá que Chuquisaca recupere su importancia y Sucre, por lo menos en algo, su condición de ciudad Capital. El Censo nos dará el diagnóstico actualizado y un comité cívico, y no político, podrá ciertamente ayudar en la necesaria coordinación que tiene que haber entre autoridades para mejorar la capacidad de gestión regional. El cambio de autoridades universitarias puede ser otro factor positivo para que Charcas levante otra vez su frente.
